miércoles, 12 de noviembre de 2008

Witkin y yo


Texto inspirado al contemplar una de mis fotografías favoritas, "Man with dog" de Joel-Peter Witkin.


La cuestión era matar la espera y dejar de hibernar, supongo, aunque la consciencia de todo haya despertado ahora y yo siga esperando. La voluntad de enfrentarse a la falta de voluntad. La necesidad de mostrarse sin público para que alguien me haga la vida que yo no sé construir. A pesar de mi aparente miedo a la gente, lo que me asusta es el miedo de la gente a la implicación, a que les robe el alma, que es lo que deseo, aunque sólo sea en una fotografía y a pesar de que digan que ésta es una actividad solitaria. Mea culpa. Pero no sé cómo. Y mientras escribo sigo esperando.
Asusta y al mismo tiempo tranquiliza llegar a sentir cómo todo está relacionado entre sí. Heridas que llevan a seguir buscando, hasta que una cosa (¿o persona?) te lleva a otra y acabas adentrándote en algo que pretende suplir el vacío que ha creado no haber probado otras formas de expresión por no haber salido del jardín de mamá. Porque es muy difícil romper con la actividad que te asignan para cada edad. Y mientras me sumerjo en la fotografía, dos ángeles se dejan conocer, mirándome y llamándome, este hombre y este perro. Porque quizás entre miles de piernas abiertas con sus mentes impenetrables se puedan encontrar ángeles en el infierno.
Con la fotografía pretendo congelar la luz, pero no el tiempo. Más bien, deseo ver cómo el tiempo pasa y produce cambios. Si el monstruo que odio soy yo, ¿tendré que morir para matarlo? Cuando tu vida te conduce a una visión más "poética" de la muerte, te obliga a valorar más la vida, toda forma de vida. La teoría de la relatividad. Todo para encontrarle un uso a la sangre que se seca.
Buscar, buscar, buscar... Lo que encuentro siempre se va, pero espero superar el prematuro cansancio.

Josu Sein

1 comentario:

  1. Vi una exposición de Witkin, no recuerdo si a finales de los 80 o principios de los 90. Sus fotografías son absolutamente fascinantes, aunque también, a veces, algo inquietantes. Tal vez de ahí lo fascinante de sus imágenes. Y es verdad que parecen más antiguas de lo que son en realidad.

    Me ha gustado mucho.

    Gracias, Josu.

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