lunes, 17 de noviembre de 2014

La misteriosa vida de los gatos retratada en bellas fotografías en blanco y negro

Eléctricos seres con fascinante memoria y con personalidades más diferentes entre sí que las de nosotros mismos. Bendita curiosidad que les permite, a pesar de vivir en pequeños pisos pero con miedo a su exterior, asombrarse con cada nueva sombra, cada nuevo objeto, cada nuevo rincón o que ha sido olvidado durante un tiempo. Ese limitado espacio en el que los condenamos a vivir da pena, ¿pero quién quisiera en nuestra sociedad ser un gato callejero a la intemperie que desconfía y huye, con razón, de todo lo que percibe como peligro, donde estamos nosotros mismos? Eternos niños de quienes deberíamos de aprender a volver a jugar, pero no por ello exentos de sufrir por los humanos con los que viven, notándose en su comportamiento cuándo están preocupados, ya estén los humanos dentro o fuera de casa. Cualquiera que haya compartido su vida con gatos lo sabe. Sagrados para los antiguos egipcios, eran para William Burroughs algo así como seres que venían a nuestro mundo para protegernos de nuestras propias torpezas y por lo que les debemos eterna protección. Pura sensualidad, eran, cómo no, enemigos de la Inquisición y amigos de las brujas, entre las que me encuentro. Seres que me han acompañado y amado, porque son acompañantes y amantes pero nunca esclavos, durante toda mi vida, con los que he reído, llorado, jugado y dormido, y que intuyo que siempre estarán presentes en mi vida. Susan, Jacko y Bunny murieron por cáncer de mama y pulmón, desaparición e inanición al mudarnos y escaparse para buscarnos, y SIDA felino, respectivamente. No soy creyente, pero si existís, para vosotros va mi amor. Espero que Salem y Ella, que ya me esperan en la cama, tarden en desaparecer de mi vida. ¿Quiénes aparecerán después de ellos? De momento ni lo pienso, porque los ronroneos de Salem y Ella deberían de ser eternos...

 Fotografía de Amy Covington

 Fotografía de J- Ota

 Fotografía de Doron Nissim

 Fotografía de Michiyo Clark

 Fotografía de Pierre Adnin

 Fotografía de João Domingues

 Fotografía de Jonathan Delgado


 Fotografías de Pierre Adnin

 Fotografías de Aleksandr Antonov (izquierda) y Jure Kravanja (derecha)

 Fotografía de Bebo

Fotografía de Simon Lee

Fotografía de Kevin Law

Fotografía de Val D'Aquila



Fotografías de Don Jakowbski

Fotografía de Sebastian Gruia

Fotografía de Karen Segev

Fotografía de Laia

 Fotografía de Suze Piat


Fotografías de wakoo22


Fotografías de Ruggiero Scardigno

Fotografía de Jennifer Mac Neill

 Fotografía de Milos Jovanovic

Fotografía de Aleksey Ivanov


Fotografías de Aljaz Vidmar

Fotografía de alexgphoto

Fotografía de Dhruv Aggarwal

"El guardián de los muertos" (fotografía de Josu Sein)

"Jacko" (fotografía de Josu Sein)

"Ella" (fotografía de Josu Sein)

"Salem" (fotografía de Josu Sein)


josusein.com

3 comentarios:

  1. Preciosas fotografías y fascinantes modelos. Los gatos son seres increíbles y únicos. Y compartir la vida con ellos es enriquecedor. Además, es verdad que han sido tan admirados como despreciados, por gente ignorante y que no han sabido apreciarlos como lo que son, y que por fanatismos absurdos, casi aniquilaron en Europa:

    "A tal punto llegó la aversión de la Iglesia Católica contra el gato que varios de sus representantes más altos, escribieron documentos (bulas) en contra del gato.

    Año 1227: el Papa Gregorio IX, describe al demonio con un gato negro.

    Año 1230: El Obispo de París, Guillermo de Auvenia, describe a Lucifer como un sapo o un gato.

    Año 1300: el Papa Clemente V, acusa a los Templarios de brujería, por adorar a un gato negro y realizar prácticas sexuales anormales.

    Año 1484: el Papa Inocencio VIII (inquisición): alentaba el sacrificio de gatos quemándolos en fiestas populares. También se sacrificaba a cualquier médico naturalista que pretendiera utilizar hierbas curativas.



    Torturas y fiestas macabras:

    En distintas localidades de Europa se desarrollaron fiestas populares donde se sacrificaban gatos en diferentes formas, aunque predominaban los que terminaban quemándolos vivos."

    Parece como si entonces, Dios castigara a Europa y al desaparecer los gatos, proliferaron las ratas enfermas por una bacteria y apareció la peste negra, que se llevó por delante a 25.000.000 de personas. Lo triste es que seguramente esos papas se libraron.

    Yo tuve un perro que se llamaba Jacko! Hecho de menos los ronroneos de los gatos, aunque Tallulah, la rusa, cuando se tumba encima de mi y la abrazo y acaricio, ronronea... nunca lo he visto e un perro, pero dicen que los galgos son los perros más parecidos a los gatos y debe de ser verdad.

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  2. No existen seres mas perfectos e inteligentes.Amo.a los animales.pero los gatos.son mi perdicion.No podria entender mi vida sin ellos.

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