domingo, 24 de enero de 2016

Manipulaciones contrarrevolucionarias

Autorretrato realizado en diciembre del 2015

Los defensores y perpetuadores de modelos económicos, sociales y políticos en perfecto funcionamiento desde hace las suficientes décadas, si no siglos, como para no poder ocultar ya que su propósito y resultado es el mismo al margen del mecanismo utilizado y de su denominación lingüística, no pueden ya, precisamente por ese afán de anquilosarse en una polaridad que vista con la suficiente perspectiva resulta imposible no comprenderla como las 2 caras de la misma moneda, considerarse revolucionarios. La figura más extendida hoy en día es la del contrarrevolucionario, ya se autodenomine capitalista o comunista, individualista o socialista, o cualquiera de los términos que hacen referencia o se relacionan con los mismos conceptos. Por pretender hacer desaparecer el Estado Moderno sobre el que se erigen modelos socioeconómicos que, los que no se paran a observar todo dando un giro completo sobre sí mismos para tener una visión global, consideran opuestos a pesar de servir todos a la misma institución, mentirosa por naturaleza, que domina al mundo completo, el Estado, el máximo dictador con una fascinante capacidad de camuflaje, sería el anarquismo en estos momentos el modelo más revolucionario posible. El feminismo y el movimiento queer por oponerse al milenario machismo, el veganismo por oponerse al milenario antropocentrismo, el movimiento libertario por oponerse al milenario autoritarismo al margen de la ropa con la que se vista, son algunas de las pocas corrientes revolucionarias existentes, sin que implique que no existan individuos que se consideran seguidores de estas corrientes y que actúan de manera contradictoria, todas ellas corrientes profundamente relacionadas con el anarquismo como puede comprobar cualquiera que indague en las fuentes primarias. El artista revolucionario y libertario que plasma estas corrientes por impulso natural y que no contrapone interior y exterior, derechos individuales y colectivos, ni romanticismo y realismo social, no puede por definición ni trabajar al servicio de una élite clasista ni al servicio de colectividades con comportamiento de rebaño manipuladas por opresores que dicen pretender liberarlas. No puede por definición trabajar al servicio de nadie más que de sí mismo y de sus impulsos, mostrando tanto interior psicológico individual como preocupaciones sociales pero sin crear nunca propaganda para instituciones oficiales al servicio del Estado, sea cual sea y se vista como se vista ese Estado para representar, como el gran actor que es, el papel que más le conviene. Ese es el verdadero "l'art pour l'art", la verdadera autonomía del arte, concepto manipulado con fines muy específicos. Todo lo demás es contrarrevolucionario. Grita ¡¡¡Revolución!!! y acudirá en su defensa la figura contrarrevolucionaria más extendida hoy en día. El facha que va de progre.

(escrito perteneciente a la serie de vómitos dirigidos a amplios sectores del departamento de Historia del Arte de la UNED, enero del 2016)


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