Los que hayan seguido este blog desde sus inicios se habrán dado cuenta de mi obsesión por el concepto de "saltar del tiempo al espacio", desde el mismo título del blog, pasando por títulos de fotografías hasta expresiones insertas en muchos de los textos. Todo lo relacionado con el tiempo me produce rechazo. Mientras aún no has aprendido a salir de la cuna, él no descansa. A contratiempo, voy aprendiendo a gatear y conquistar el espacio, sin saber cuánto de sí mismo me concederá el tiempo. El fotógrafo estadounidense Stephen Wilkes ha ido mucho más lejos al vencer al tiempo además de conquistar el espacio en su serie "Day to Night". Todos hemos visto panorámicas y fotografías de ojo de pez que distorsionan maravillosamente el espacio en función de nuestro limitado campo visual. Al realizar una fotografía panorámica para la que tenemos que ir moviendo la cámara, también podemos captar el movimiento de una persona que en la foto fija aparecerá en varios lugares como si tuviera el don de la ubicuidad. ¿Pero quién ha visto que noche y día estén presentes en la misma foto? Si le diéramos a estas panorámicas un formato circular, mañana y noche se unirían lanzando el tiempo a la infinitud y robándole las cualidades de principio y fin que nos impone. Para conseguir estas imágenes, literalmente miles de fotografías son tomadas a lo largo de todo el día para después invertir meses enteros de trabajo de postproducción para captar no un instante de vida, sino tantos y tantos. Él mismo declaró que estas imágenes invitan a que nos relacionemos de otra manera con el tiempo. "A todos nos ha pasado muchas veces levantarnos por la mañana y pensar
al final del día: ¿A dónde han ido a parar las últimas 24 horas?" ¡¡¡Pues aquí las tenéis recuperadas a vuestro servicio y no al contrario!!! Su trabajo está más allá de las tópicas discusiones entre espontaneidad o la falta de la misma. Nunca he entendido por qué una fotografía ha de representar únicamente la espontaneidad, pero en cualquier caso, para los que no la veis en estas imágenes, miradlas hasta entrar arrebatados en plena fuga y
paralizar al competitivo tiempo, y veréis que al no haberse convocado a
gente para que pose ni nada que se le parezca, resultan ser la máxima
representación de la espontaneidad. No sólo un momento espontáneo ha
sido plasmado, sino cientos e incluso miles de ellos. Todos los
fotógrafos congelamos el tiempo. Por mi parte, es mi venganza contra ese
malnacido. Desde esa perspectiva, alguien como Stephen Wilkes que congela el tiempo no sólo en un punto sino a lo largo de la longitud de una onda, lo mínimo que se merece es mi respeto y mi admiración.
Conney Island, Nueva York
Central Park, Nueva York
Parque Nacional de Yosemite
Torre Eiffel, París
Rodaje de "Romeo + Juliet" de Baz Luhrmann
Parque Nacional Serengeti, Tanzania
Muro de las Lamentaciones, Jerusalén
El estadio Wrigley Field durante un día de partido de los Chicago Cubs
www.stephenwilkes.com
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