jueves, 26 de junio de 2014

Laura Makabresku

Cuenta la leyenda que una adolescente de origen polaco se perdió en el bosque una noche de verano. Tuvo que pasar allí la madrugada entera, tratando con los lobos, bailando con los zorros, recogiendo los cuerpos de unos gorriones muertos, alimentándose de flores salvajes y, finalmente, durmiendo entre una familia de hermosos ciervos.
Es una leyenda, decíamos, y como toda historieta de cuento de hadas puede que sea una sencilla invención que algunos idearon sólo para poder explicar la vida inexplicable de Laura Makabresku. La pequeña polaca se convirtió en adulta, y a través de la fotografía, la poesía y el cuento trasladó al arte aquella aventura verdosa sucedida en una noche estival.Makabresku vive ahora en Cracovia, y desde allí realiza sus enigmáticas fotografías, todas ellas envueltas en un aura silenciosa. Tonalidades que recuerdan a instantáneas antiguas. Protagonistas adolescentes que invitan a un violento erotismo. Animales vivos o disecados (apenas se diferencian) que demuestran cuán efímera pero deliciosa puede ser la vida.

Las obras de la joven polaca nos hacen pensar entonces en un mundo paralelo en el que la adolescencia es ardiente, la sangre es bonita, la noche es tan luminosa como el día, y la muerte se convierte sólo una etapa más de nuestras vidas, a la que para nada deberíamos concederle tantas lágrimas.

Fuente: http://www.playgroundmag.net (la fotógrafa que encontró erotismo donde antes sólo había oscuridad)



lauramakabresku.tumblr.com

www.flickr.com/photos/lauramakabresku

lauramakabresku.tumblr.com

martes, 24 de junio de 2014

Alexander James

Son cuadros inspirados en el arte romántico. Esto es, según el artista Alexander James, lo que piensa la mayoría de los espectadores que se topan con su obra en museos y galerías. Pero no, son fotografías, realizadas bajo el agua y sin ningún tipo de retoque digital.

El artista inglés borra las fronteras entre la cámara y el pincel. Aunque él considera que estos retratos están más próximos al trabajo del escultor que al del pintor o el fotógrafo: construye minuciosamente los objetos y diseña los vestidos de los personajes que retrata, los sumerge en un tanque forrado de terciopelo negro y lleno de agua purificada y deja constancia, a través del disparo de su cámara, de lo que él llama "una de las fases de su proceso escultórico".

La mayor parte de su tiempo de trabajo lo pasa sumergiendo objetos y analizando cómo el agua interactúa con ellos. Así consigue captar instantes que recuerdan inmediatamente a naturalezas muertas pintadas al óleo o incluso a las pinturas prerrafaelitas.

Para su última serie, realizada en Rusia y titulada Rastvorennaya Pechal (Tristeza en disolución), James pidió a gente anónima elegida al azar que se sumergiera durante unos instantes en inmesos tanques llenos de agua. Los trajes flotan y los cuerpos se deforman por el juego de luces y sombras. Sin la información del proceso y los materiales, muy pocos dirían que no se trata de obras del siglo XIX, sino de fotografías analógicas captadas en un instante de inmersión acuática.


Fuente: http://www.playgroundmag.net

lunes, 23 de junio de 2014

Raymond Depardon: "Manicomio"

El sueño de la razón produce monstruos, seres lunáticos. Y los monstruos y los locos están mejor en jaulas. Da igual si escupen fuego por la boca, si se muestran malignos o violentos, o simplemente se dedican a contar estrellas con una sonrisa eterna dibujada en la boca: a quienes han perdido "la razón", a quienes se cree que deliran, a los hombres perturbados que no se comportan igual que el resto, hay que segregarlos. No vaya a ser que acaben alterando la paz del rebaño. ¿No es eso?

"Una tarde, oí a alguien gritando y empujé una puerta para abrirla. Me encontré de cara con un hombre en una jaula. Tuve dudas sobre si debía fotografiarlo. Pregunté a una enfermera sobre el porqué de que se le estuviera aplicando ese tratamiento particular. Me dijo que el hombre era violento y peligroso, especialmente para sí mismo".

Así describe Raymond Depardon una de las escenas que forman parte de su libro Manicomio, publicado a principios de año por la editorial Steidl. El libro se nutre de fotografías tomadas hace más de tres décadas en una serie de centros psiquiátricos de varios rincones de Italia. En 1977, Depardon tuvo la suerte de conocer a Franco Basaglia, director del "asilo para locos" de Trieste, y fue éste quien animó al francés a documentar lo que ocurría en aquellos centros. "Vas a poder fotografiar aquí a pacientes que no vas a ver en ningún otro lado, pero la realidad es exactamente igual en Francia o América", le dijo el psiquiatra. "El hospital psiquiátrico les ha hecho de esta manera; ahora es demasiado tarde, no hay nada más que yo pueda hacer por ellos. Toma tus fotografías... De otro modo, la gente no nos creerá".

Basaglia, uno de los máximos representantes del movimiento antipsiquiátrico de su país, conocido por su denuncia pública de las condiciones deplorables en las que operaban los manicomios de la época, fue uno de los impulsores del movimiento intelectual y político que logró la clausura de los hospitales psiquiátricos italianos en 1978. Depardon estuvo allí, antes y después de la entrada en vigor de aquella Ley 180, capturando con su cámara la realidad diaria de los enfermos mentales internados en centros como los de Trieste, Nápoles, Turín, San Servolo (el manicomio de Venecia, hoy convertido en museo) o San Clemente.

En 1982, Depardon ya dedicó un filme documental a los últimos días del manicomio de San Clemente. Sin embargo, el grueso de las fotografías tomadas durante aquellos cuatro años —entre 1977 y 1981— habían permanecido guardadas durante décadas. Hace un par de años, el francés se decidió por fin a editar aquel trabajo para dar forma a un libro que queda como testamento de una época oscura para la psiquiatría. Aquella 'psiquiatría de manicomio' que personajes como Foucault o el propio Basaglia veían más como instrumento de control social que como un método efectivo para curar. Más cárcel que terapia. Puede que Manicomio sea reflejo de un episodio concreto de la historia italiana, pero no hay que olvidar que escenas parecidas se dieron —y aún se dan— en muchos otros lugares del mundo. También en nuestro país.



Fuente: http://www.playgroundmag.net

domingo, 22 de junio de 2014

Las mejores fotos del año sacadas con un iPhone

Dicen que la cámara no hace al fotógrafo, pero, en la era de los dispositivos móviles, cabría preguntarse si la profusión de cámaras en nuestros bolsillos ha generado miles de nuevos artistas de la imagen. Aunque muchos fotógrafos profesionales renieguen de los móviles, otros tantos ya llevan tiempo apuntados a aplicaciones como Instagram.
Hace siete años que se celebra el Ippawards (Iphone Photography Awards), el concurso fotográfico mundial en el que sólo concurren imágenes sacadas con un Iphone, Ipod o Ipad que no pueden haber sido procesadas ni retocadas.
Cada año miles de personas mandan sus fotos más espectaculares a esta convocatoria, cuyas categorías recuerdan más a hashtags que a las tradicionales secciones temáticas: animales (no hay una exclusiva para gatos), arquitectura, niños, puestas de sol, viajes o árboles. En esta edicición, 54 fotógrafos de 17 países distintos han sido premiados. La respuesta a la pregunta inicial parece ser afirmativa: la fotografía móvil nos ha hecho descubrir muchos talentos ocultos que de otro modo no habríamos conocido. Estas son algunas las mejores fotos, sacadas con un móvil, de 2014.


 Fuente: http://www.playgroundmag.net