

Transcribo aquí las palabras de PETA referentes a esta industria:
La mayoría de la gente no sabe que las ovejas criadas para usar su lana son castradas y mutiladas sin anestesia ni analgésicos, para luego ser transportadas por barco en largas travesías, hasta que finalmente son matadas estando plenamente conscientes.
Gran parte de la lana que se usa en tapetes y ropa viene de ovejas criadas en Australia y Nueva Zelanda, donde los granjeros las trasquilan sin ningún cuidado, rebanando en ocasiones pedazos de su carne.
Australia produce el 30% de la lana usada en todo el mundo, explotando a más de 100 millones de ovejas. Evidentemente, un trato humanitario que provea cuidados veterinarios a cada una de estas ovejas no es una prioridad para la industria. Las ovejas criadas en Australia son principalmente merinos, criados específicamente por su piel rugosa y gran cantidad de lana. Este exceso de lana causa a las ovejas muerte por deshidratación debido a que no están acostumbradas a climas calurosos. Entre los pliegues de su lanuda piel se depositan parásitos e insectos que ponen huevecillos y pueden devorar viva a la oveja. Para prevenir este ataque de pulgas e insectos, los granjeros australianos practican una cruel operación llamada "mulesing" que consiste en colocar a las ovejas boca arriba y atar sus patas entre barras de metal para –sin anestesia ni analgésicos– cortar trozos de carne del tamaño de un plato, alrededor de su cola. De esta manera las pulgas no se alojarán en la oveja, pues no les gusta la carne viva. Sin embargo, las heridas a veces se infectan y las pulgas atacan de cualquier manera. Semanas después de haber nacido a las ovejas se les perforan las orejas, se les corta la cola y a los machos se les castra sin anestesia, haciendo una incisión y extrayendo los testículos, o con una liga que les corta la circulación, siendo éste el método más doloroso.
Cada año, cientos de ovejas mueren de hambre antes de las 8 semanas, las ovejas adultas mueren por enfermedades, falta de cobijo o negligencia.
Cuando declina la producción de lana y las ovejas no son útiles para la industria, son vendidas al matadero. Esto conlleva al cruel transporte de 6,5 millones de ovejas cada año, desde Australia hasta Medio Oriente y Norte de África. Cerca de 800.000 ovejas salen del Reino Unido y son matadas en el extranjero. Ovejas de Australia y Nueva Zelanda son matadas en el Medio Oriente después de haber padecido semanas o meses de travesía en barcos donde van hacinadas, tienen poca agua y comida y soportan climas extremos. Muchas ovejas enferman, otras quedan sumidas entre los excrementos y no pueden moverse y otras son aplastadas por ovejas que tratan de alcanzar la poca agua que se les da. La mortalidad a bordo es de un 10%. Las ovejas enfermas o malheridas son procesadas vivas o lanzadas por la borda para que se las coman los tiburones. En el 2002, 14.500 ovejas murieron de calor en el camino hacia Medio Oriente. Sus cadáveres fueron lanzados por la borda. Entre agosto y octubre del 2003 más de 50.000 ovejas permanecieron semanas a bordo del barco Cormo Express, cuando el gobierno de Arabia Saudí rechazó aceptarlas porque muchas de ellas estaban enfermas. Después de dos meses a bordo del barco, con poca comida y agua, con temperaturas superiores a los 37º, la nación africana de Eritrea las aceptó para sacrificarlas. Cuando las sobrevivientes llegaron a su destino, fueron arrastradas a camiones, y posteriormente degolladas estando plenamente conscientes. En los países musulmanes del Norte de África y de Medio Oriente, el ritual tradicional está exento de regulaciones humanitarias. Algunas ovejas son matadas masivamente, mientras que otras son vendidas y matadas por compradores particulares.
Mucha gente cree que trasquilar a las ovejas es bueno para ellas, pues de lo contrario tendrían demasiada lana. Pero sin intervención humana las ovejas producen la suficiente lana para protegerse de las temperaturas extremas, ya que ésta les sirve para aislar tanto el frío como el calor. Las ovejas son trasquiladas cada primavera, justo antes de que se deshagan naturalmente de sus abrigos de lana. Para evitar que se pierda la lana, los granjeros las han de trasquilar antes de que haga calor, como consecuencia de esto muchas ovejas mueren de frío. A los granjeros se les paga por volumen, no por hora, lo que los obliga a trabajar rápido y sin atender el bienestar de las ovejas. Un testigo reportó: "Los sitios de trasquile son de los más crueles para los animales… He visto a los empleados golpear a las ovejas con el puño hasta que están sangran por la nariz. He visto a ovejas con medio rostro desfigurado".
El casimir está hecho del pelo de cabras de Cachemira. Las que tienen el pelo "defectuoso" son matadas antes de los dos años de edad. La industria espera que los granjeros maten entre 50 y 80% de las cabras que no cumplen con los estándares requeridos.
Los conejos de angora son atados a una tabla mientras se les corta el pelo. Es inevitable que trozos de carne se vayan con el pelo. Los conejos de angora tienen las patas muy delicadas y el tenerlos en jaulas de alambre les causa úlceras y llagas. Los machos tienen 75 u 80% menos pelo que las hembras y por eso muchos de los granjeros los matan al nacer.
El mercado de la lana de alpaca empezó en los años 80, cuando las llamas y alpacas sudamericanas fueron descubiertas por el negocio de las fibras. Hay subsidios para este comercio y los animales se subastan continuamente. Actualmente hay algunos santuarios para estos animales, pues el número de individuos maltratados y explotados va en aumento.
El antílope tibetano o chiru es una especie en peligro de extinción y su pelo se usa para hacer chales. El chiru no puede domesticarse y ha de matarse para obtener su lana. Desde 1975 es ilegal poseerlo o venderlo y por ello su venta en el mercado negro puede llegar hasta 15.000$. La población actual de estos animales es de 75.000 ejemplares. En abril del 2000 las autoridades de Gran Bretaña multaron a una compañía por comercio ilegal y posesión de 138 chales equivalentes a 1.000 pieles de antílopes. A pesar de la prohibición de comercializar el chiru en la India, el mercado negro en Londres, Nueva York y Los Ángeles puede pagar hasta 17.000$ por un chal. En tanto 20.000 chirus son matados cada año por su lana, y la especie puede extinguirse para el 2011.
Los excrementos generados por los animales contribuyen significativamente al "efecto invernadero". La fermentación de de sus excrementos equivale a un cuarto de las emisiones de metano. En Nueva Zelanda, las emisiones de metano provienen en su mayoría de las ovejas y constituyen más del 90% de las emisiones causantes del "efecto invernadero" en ese país. En el verano del 2003, el Ministro de Agricultura de Nueva Zelanda, Jim Sutton, el Comisionado para el Cambio Climático, Pete Hodgson, y otros miembros del gobierno propusieron poner impuestos a los granjeros por las emisiones de metano, pero el plan no se puso en marcha.
En la primera mitad del siglo veinte, la Patagonia argentina se convirtió en la segunda nación productora de lana después de Australia. Debido a la sobre explotación de los pastos la erosión causó desertificación en el 93% de la tierra y Argentina ya no es un productor importante.
Las heces fecales de las ovejas contaminan las aguas cercanas a las granjas. Un estudio realizado por el gobierno de Nueva Zelanda en dos granjas de ovejas, encontró contaminación fecal en el agua en niveles que "excedían los estándares sanitarios aprobados en 1994 y que serían adecuados para dar de beber al rebaño". El químico que se usa para evitar parásitos en las ovejas es nocivo para el medio ambiente. En 1995 hubo un derrame accidental –de tan solo una cucharada– del químico llamado pyrethroid cypermethrin, que mató a 1.200 peces del río donde fue vertido.
La industria de la lana también daña a otras especies que considera como plagas. Los canguros son considerados una plaga y los dueños de las tierras de cultivo para alimentar a las ovejas pueden eliminarlos sin temor a las repercusiones. El método más frecuente para matar a las crías de canguros es la decapitación o un golpe seco en la cabeza. En Estados Unidos, la población de coyotes es masacrada cada año pues éstos se ven obligados a bajar de las montañas y alimentarse de las ovejas y otros animales criados para el consumo humano.
La principal manera de ayudar a acabar con este negocio que involucra sufrimiento de miles de animales, es dejar de comprar artículos de lana. Hay materiales duraderos, abrigadores y modernos en todas las tiendas de ropa y que no involucran sufrimiento para los animales.
Todo esto es la norma en Australia, pero eso no quiere decir de ninguna manera que sean procedimientos exclusivos de dicho país, ni mucho menos. La industria es la industria... Acabemos con el sufrimiento animal destinado a los caprichos de los humanos, de una vez por todas...
Duro pero imprescindible vídeo para ser conscientes de cómo funciona la industria de la lana: