Ilustración de Namio Harukawa
No a la eyaculación femenina. No a unos cachetes en el culo. No a palabras sucias, aunque te pongan. No a ese puño. No a sentarte aquí.
A los miembros de la Junta Británica de Censores de Cine todo esto no les gusta. Quieren prohibir, apoyados en una ley de hace más de diez años, la realización de estas prácticas en los contenidos pornográficos. Consideran que la vida de quien realiza alguna de ellas podría estar en peligro.
El asunto ha generado un gran revuelo en el país y ahora, un grupo de
activistas por la libertad van a decirles a estos censores algo así como
“si me censuras el porno, me siento en tu cara”: unas 500 personas protestarán mañana delante del Parlamento británico, simulando –estarán vestidos– un face-sitting. De paso, batirán un récord, el del mayor número de gente haciendo esto a la vez.
La promotora del acto es Charlotte Rose,
que en 2013 fue elegida como trabajadora sexual del año. El hashtag con
el que podrás seguir la protesta (las fotos merecerán la pena, sin
duda) es #PornProtest. Y, por supuesto, existe evento en Facebook.
Una de las principales quejas de los organizadores es que no se trata
solo de una mera prohibición de imágenes, al más puro estilo censor.
Estamos también ante la definición gubernamental de lo que es aceptable en sexo o aquello que no lo es.
Especialmente llamativo de la ley es su contenido discriminatorio hacia la mujer. Como la propia Rose ha declarado a The Telegraph: "Un hombre puede meterle el pene en la boca a una mujer y ahogarla, pero una mujer no puede eyacular. ¿Esto no es sexista? ".
La prohibición está diseñada para los contenidos online producidos en
Gran Bretaña, ajustándose así a las restricciones que ya tenía el porno
vendido en DVD, lo cual plantea otra paradoja: ¿qué sentido tiene esta
medida aplicada a internet y su no-frontera? El absurdo riza el rizo
cuando, en el fondo, hablamos de prohibir mirar una cosa que no está prohibida hacer.
Sobra decir que la industria del porno está que trina y que también lo
están muchos consumidores, quienes no entienden que un puñado de
personas trajeadas se reúnan alrededor de una mesa para decidir que la eyaculación femenina tiene algún tipo de riesgo.
Como adalid de la democracia parlamentaria, Gran Bretaña ha dejado
claro que, pese a todo, persisten ciertos "problemas" en algunos
sectores para afrontar el sexo con naturalidad y en igualdad de condiciones. Como si este no formase parte de la vida misma.
Quizá a estos censores les falte algo de humor, que también estará
presente en la protesta de mañana: el mayor face-sitting del mundo se
hará al ritmo del "Sit on my face" de los siempre socorridos Monty Python.
Artículo de Ignacio Pato. Fuente: www.playgroundmag.net
Yo lo único que tengo que añadir por mi parte, es que estos censores gilipollas lo que necesitan para encontrar esa supuesta equidad que buscan escudándose en un feminismo más falso que la mayoría de los políticos, es que les den bien por el culo. Hasta el fondo.
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