Cada vez soy menos
tolerante con según y qué comportamientos. Ya conocemos todos la
doble moral de las redes sociales respecto a los desnudos que
consideran literalmente pornográficos aunque tu obra por muy
explícita que sea no pegue ni con cola en una página porno, que de
todas maneras no tiene nada de malo, pero una cosa es que tengas
advertencias o eliminaciones porque un desconocido te ha denunciado,
y otra cosa es que tengas más problemas que nunca y que tu propio
blog de blogger que incluso ya tenía la dichosa advertencia de
contenido se te vaya a la mierda (he conseguido arreglarlo todo y
recuperar todas las fotos, que la mayoría no eran eróticas, después
de 12 horas ininterrumpidas, algo bueno tenía que tener el trastorno
obsesivo-compulsivo) porque un amigo personal "fuera del
armario" que se recorre todas las saunas que pilla y folla con
todo el que pueda te deje comentarios públicos diciendo que no está
dispuesto a ver determinadas fotografías con la excusa de que no son
"artísticas" (sic, con comillas incluidas), concretamente
esas que muchos habéis visto con el título de "El
chupete de William Burroughs". Eso es lo que yo llamo un
maricón, y no por gay, además de un total ignorante respecto a la
historia del arte y que ni conociéndote es capaz de ver que no
buscas epatar ni escandalizar. Si hay algo que nunca más voy a
tolerar es la hipócrita doble moral. Una amistad menos, ¿aunque te
mete un amigo en problemas por sus jodidos prejuicios?
Doble moral, curiosamente el título de una de mis exposiciones fotográficas de hace unos años.
Quien prohíbe el cuerpo humano prohíbe la propia vida.
Doble moral, curiosamente el título de una de mis exposiciones fotográficas de hace unos años.
Quien prohíbe el cuerpo humano prohíbe la propia vida.