Por supuesto el título hace referencia a estar en contra de los que los matan y/o torturan usando la lógica como la usa Jesús Mosterín, autor de este libro.
La defensa de
los derechos de todos los animales pueden resultar espinosa y peliaguda cuando se trata de
la experimentación animal e incluso de la industria alimenticia, más que nada
por desconocimiento incluso por parte de profesionales, pero resulta increíble
que en el 2012 aún haya quien pretenda defender la tortura de animales no
humanos como espectáculo público a aplaudir. Es por esto que finalmente el
filósofo Jesús Mosterín se ha visto éticamente obligado a escribir este libro
con una prosa más que sencilla, y es que no hay que devanarse los sesos para
poder replicar a un tauricida o defensor del tauricidio. Se trata de un libro
sencillo, corto y de rápida y amena lectura, optando Jesús incluso por la
repetición en muchos casos de frases o ideas al tratarse también de una
compilación de artículos anteriormente escritos y ahora ampliados, de manera
que esas ideas quedan grabadas en la mente.
Jesús se ha visto obligado a escribir este libro porque a pesar de ser para
toda persona con 2 dedos de frente, y replicando a los cansinos
pseudoargumentos de los tauricidas como hace en el libro, evidentes hechos como que el tauricidio no
es arte porque no es ficción (pareciera que al no saber distinguir realidad de
ficción los tauricidas, además de psicópatas por carecer de la capacidad de
empatía, son también esquizofrénicos), que la tradición y la cultura no
justifican jamás la crueldad y que la cultura es algo dinámico que implica la
evolución e incluso desaparición de tradiciones, que no hay una raza de "toros
bravos" ya que son simple y llanamente toros que no pertenecen a una especie ni
subespecie diferente a la de todos los toros y vacas actuales, que los toros
son mansos por naturaleza por ser herbívoros preparados para la huida y no para
el ataque y que por su condición de rumiantes huyen de todo peligro para
digerir lentamente toda la comida, que usan los cuernos no para atacar a otras
especies ni para clavarlos sino para pelear entre ellos haciendo chocar sus
cuernos por una hembra, que la función de las torturas a las que es sometido
tanto antes de la corrida como durante la misma es despertarle una lógica
agresividad para defenderse de quien les hiere de la que carece en estado
natural, que los toros están lejos de estar en peligro de extinción y que las
dehesas podrían pasar a ser parques naturales sin que la gente que se mueve en
el tauricidio se quedara sin empleo y además creando muchos más puestos de
empleo al poderse destinar los más de 600 millones de euros anuales que recibe
el tauricidio a necesidades sociales más imperiosas, que el tauricidio no es typical spanish ya que se ha dado y se
sigue dando en diferentes formas a lo largo y ancho de todo el planeta, que el
toro es un individuo que siente y padece y que la libertad de uno acaba donde
empieza la del otro incluyendo a animales no humanos, y un larguísimo etcétera,
parece que hay todavía un tipo de gente, esta vez sí en peligro de extinción,
que en lugar de tener 2 dedos en la frente prefieren tenerlos metidos en el
culo (¿pero es que acaso no sabéis utilizar los 10 dedos? Yo lo hago…)
Utilizando los términos "animales humanos" y "animales no humanos" que tanto
utilizamos los animalistas y antiespecistas y criticando de vez en cuando
incluso la industria cárnica, evidentemente Jesús se centra en el tauricidio,
que es de lo que trata el libro. Para ello nos da una breve historia de la
evolución de esta práctica que restauró junto a la Inquisición el absolutista
Fernando VII hasta que llegó a ser lo que es hoy en día, sin escatimar en los
detalles más sangrientos y escabrosos, porque hay quien pueda tener lengua para decir
que no es una práctica cruel, pero no hay quien tenga los cojones de creérselo.
Todos los mamíferos sienten de manera muy similar y el toro, con el que
compartimos un 80% de genes como se especifica en el libro, no es una excepción.
Curiosamente alrededor de la misma época, en Chile, donde también se practicaba
el tauricidio, se prohibieron y abolieron en el mismo decreto a principios del siglo XIX la tauromaquia,
la esclavitud y las peleas de gallos por considerarlas prácticas equiparables e
igual de crueles.
Reproduzco aquí algunos párrafos en los que Jesús argumenta todo lo dicho hasta ahora.
"En un país asolado por los incendios forestales,
por la contaminación de las aguas, la desprotección de los sistemas, la caza
abusiva y la urbanización desmadrada, no parece que la abolición de las
corridas de toros sea la más urgente de las tareas que nos plantean a cuantos amamos
la naturaleza y respetamos a los animales. Sin embargo, hay problemas que
conviene atajar no sólo por su gravedad sustantiva, sino por su valor
emblemático. Si el enfermo acude a la consulta con un trozo de mierda en su
mejilla, conviene que el médico le recomiende que empiece por lavarse la cara.
(…)
Esperemos que sean los parlamentarios españoles los que propugnen la abolición de este emblema de la España negra. En definitiva, somos los españoles los que cargamos con la vergüenza colectiva de llevar ese trozo de mierda en la cara, y somos nosotros los que más interés deberíamos de tener en limpiárnoslo." (el primer y último párrafo del mismo capítulo)
(…)
Esperemos que sean los parlamentarios españoles los que propugnen la abolición de este emblema de la España negra. En definitiva, somos los españoles los que cargamos con la vergüenza colectiva de llevar ese trozo de mierda en la cara, y somos nosotros los que más interés deberíamos de tener en limpiárnoslo." (el primer y último párrafo del mismo capítulo)
"La principal línea de defensa de los taurinos es el
carácter tradicional de la tauromaquia, como si lo tradicional y étnico
estuviese por encima de toda crítica y racionalidad. Por muy tradicional que
fuese, la costumbre china de atar y tullir los pies de las mujeres era una salvajada. Lo mismo puede
decirse de la costumbre de numerosas tribus africanas de cortar el clítoris a
las muchachas cuando alcanzan la pubertad, y de otras prácticas crueles y
degradantes aplicadas a hombres, mujeres o animales no humanos. Aceptar
ciegamente todos los componentes de la tradición es negar la posibilidad misma
del progreso de la cultura.
Los casos mencionados en el párrafo anterior tienen en común ser a la vez abominables y tradicionales. De ahí no se sigue que los pies sean lo mismo que los clítoris o que las mujeres sean lo mismo que los toros. Lo único que se sigue es que la tradición no es una justificación ética de nada."
Los casos mencionados en el párrafo anterior tienen en común ser a la vez abominables y tradicionales. De ahí no se sigue que los pies sean lo mismo que los clítoris o que las mujeres sean lo mismo que los toros. Lo único que se sigue es que la tradición no es una justificación ética de nada."
"Soy partidario de la máxima libertad en todas las
interacciones voluntarias (comerciales, lingüísticas, sexuales, etc.) entre
ciudadanos. Soy contrario a todo prohibicionismo, excepto en los casos
extremos, como la violación de niños o la tortura de animales. Pero es que las
corridas de toros son un caso extremo. Por muy liberales que seamos, si no
tenemos completamente embotada nuestra sensibilidad moral y nuestra capacidad
de compasión, tenemos que exigir el final de esta salvajada."
"De la palabra latina mores, (costumbres) procede
nuestro término moral. El conjunto de
las costumbres y normas de un grupo o una tribu constituye su moral. Cosa muy distinta
es la ética, que es el análisis filosófico y racional de las morales. Mientras
la moral puede ser provinciana, la ética es siempre universal."
"La libertad que han propugnado los pensadores
liberales es la de transacciones voluntarias entre seres humanos adultos: dos
humanos adultos pueden interaccionar entre ellos como quieran, mientras la
interacción sea voluntaria por amas partes y no agreda a terceros. Ni la
Iglesia ni el Estado ni ninguna otra instancia pueden interferir en dichas
transacciones voluntarias. Ningún liberal ha defendido un presunto derecho a
maltratar y torturar a criaturas indefensas."
"Esperanza Aguirre cita a Goya en primer lugar de
sus referencias culturales favorables a la tauromaquia. Lo mismo podría haber
acusado a Goya de estar a favor de los fusilamientos, pues también los pintaba.
No le vendría mal repasar los grabados de Goya sobre la tauromaquia para
encontrar la más demoledora de las críticas de esa práctica. Las series de los
disparates, los desastres de la guerra y la tauromaquia nos presentan el más
crítico y descarnado retrato de la España negra, un mundo sórdido, oscuro e irracional
de violencia y crueldad, habitado por chulos, toreros, verdugos borrachos e inquisidores.
Goya se fue acercando a las posiciones de los ilustrados, como Jovellanos,
partidarios de la abolición de los espectáculos taurinos. Y si acabó
exiliándose a Francia y viviendo en Burdeos fue por su incompatibilidad con el
régimen absolutista ("¡vivan las cadenas!") de Fernando VII, enemigo de la
inteligencia, restaurador de la censura y la Inquisición, creador de las
escuelas taurinas y gran promotor de las corridas de toros." (este tema es especialmente interesante para mí,
ya que como estudiante por la UNED de "Historia del Arte" los castizos
profesores madrileños nos han intentado vender en sus libros de estudio que las
estampas de Goya sobre la tauromaquia corresponden a una etapa jovial, cuando apenas
hay espacio temporal entre todas las series de crítica social, encontrándose la
serie sobre el tauricidio justo en medio de los "Desastres de la guerra" y de las "Pinturas negras" a tan solo unos pocos años unas series de las otras. Los
historiadores del arte tenemos el deber de gritar que la representación de una
práctica no implica que sea justificable en la realidad ni que el artista
estuviera a favor, pudiendo ser una parodia o crítica.)
"Los amigos de la libertad nunca hemos pretendido
que no se pueda prohibir nada. Aunque pensemos que nadie debe inmiscuirse en
las interacciones voluntarias entre adultos, admitimos y propugnamos la
prohibición de cualquier tipo de tortura y de crueldad innecesaria."
"El progreso empieza en las cabezas, no en las
infraestructuras. Los festejos basados en el maltrato animal son una patología
de la mente; su único destino es la abolición definitiva."
Esa última
frase es la conclusión definitiva del libro, y como ya he dicho y aunque algunos de los párrafos aquí
mostrados puedan parecer más "cultos", el libro está escrito para que lo
entienda hasta el tauricida más idiota, por lo que si no lo entienden o no son
capaces de replicar usando la lógica, querría decir que en la UE España somos
una mierda. ¿Motivo de orgullo?
Muy interesante. Yo puse un vídeo de Mosterín en mi blog, cuando se abolieron las corridas en Cataluña y toda la polémica llena de argumentos propios de tarados de los taurinos.
ResponderEliminarMe ha gustado eso de "El tauricidio no es arte porque no es ficción". Estoy hasta el culo de explicar que el arte no tiene nada que ver con maltratar y asesinar animales, desde que empecé a publicar posts en mi blog. ¡Me indigna! Yo creo que el arte es creación, no destrucción.
Y lo de los 600 millones de euros al año, destinados a la tauromaquia, estando como estamos y haciendo los recortes salvajes que perpetra este gobierno cruel, es absolutamente obsceno.
Lo de la Aguirre y Goya, que tanto le gusta mencionar, es propio de una persona tan arrogante y chunga como ella. Nunca menciona a todos los artistas y escritores que han estado siempre en contra de esta salvaje tradición. Yo también menciono siempre como vergonzosas tradiciones lo de la ablación del clítoris o el derecho de pernada y tantas otras que hoy escandalizan tanto o serían impensables enel siglo XXI. Suponer que una tradición, por el hecho de estar arraigada desde hace mucho, debe ser respetada y perpetuada, es propio de gente cerril que no entiende lo que es la evolución.
Siempre me han gustado los animales, el toro me parece especialmente bello. Cada vez que hablo o reflexiono sobre estos temas de crueldad, no puedo evitar las lágrimas y el dolor que siento. Jamás podré entender estas, no sé ni como llamarlas, salvajadas. La única diferencia entre los humanos y esos seres maravillosos, es la responsabilidad, el cuidado y respeto que les debemos. Dentro de mí misma, siento que lo pagaremos muy caro, que esto no puede quedar impune y sin castigo y creo que así debe ser. Unos por hacerlo y otros por mirar a otro lado. Mi diminuto granito de arena es divulgar estas cosas en mi entorno, llevar una alimentación vegetariana y rezar. Pido a todo aquel que disfruta con el sufrimiento de estos seres maravillosos, recuerde que "a vara matas, a vara mueres" y por si vuestras reducidas mentes no lo entienden, significa, lo que dás, recibirás diez veces multiplicado y ruego que así sea.
ResponderEliminarMi más profunda admiración por esas personas que no se limitan a quejarse de estas prácticas de maltrato, si no que actúan en su defensa aun a riesgo de represalias. Muchísimas gracias.
Un abrazo.