El porno es aburrido (no así el cine con escenas pornográficas explícitas entre el resto de escenas que cuentan una historia y que afortunadamente empiezan a proliferar dejando a un lado la estúpida pacatería). El porno surgió como lógica reacción a la censura sexual en todos los ámbitos artísticos y públicos. Del vacío sexual al sexo vacío. Lo que siempre me ha atraído es el ambiente que rodea al porno, como los lamentablemente ya totalmente desaparecidos maravillosos cines porno. Las situaciones que se vivían en estos locales eran diferentes, no así las películas porno donde la diferencia es prácticamente inexistente. Pero nada de esto quiere decir que tenga nada en contra de él. De hecho me asustaría si desapareciera. Me hastía, como feminista, que círculos de supuestas feministas que en realidad basan el funcionamiento del mundo en la guerra de sexos debida al estrés postraumático y no al feminismo en sí, recurran a la supuestamente nefasta y horrible objetivación de la mujer, como si el deseo sexual espontáneo independientemente del sexo indagara románticamente en la vida interior del objeto de deseo, que los hombres también lo son para las mujeres heterosexuales. ¿Qué pasa con el cine gay? ¿Por qué nunca hablan de él? Y no digamos ya de la prostitución, generalizando a las prostitutas como esclavas sexuales sin tener en cuenta ni a las prostitutas que declaran serlo porque quieren, ni de nuevo a los chaperos. Todos ellos y ellas son trabajadores y trabajadoras sexuales. Así lo ve la fotógrafa francesa afincada en Amsterdam Sophie Ebrard, quien durante cuatro años completos siguió al director porno Gazzman con la intención de encontrar amor y belleza en una industria aparentemente despojada de sentimientos y llena de tabúes y prejuicios. Y lo encontró tras las escenas de películas con títulos como Las putas de Satán, Jovencita ramera o Desenfreno anal II. De hecho, el título de la serie fotográfica expuesta en el Unseen Festival el septiembre del pasado año en su propia casa hace referencia a la complicidad, la amistad, el cariño y el amor que encontró entre los y las protagonistas de los filmes. Toda la ternura de la que carecen las películas porno se encuentra a raudales durante los rodajes y entre escena y escena. Sophie quiso hacer desaparecer la idea de esclav@s sexuales que se les achaca y resaltar la amistad que su trabajo en ocasiones crea inevitablemente, como lo vivió en carnes propias al hacer multitud de amigos y amigas en las comidas y habitaciones que compartían.
Ya casi ha pasado un año desde que finalizó la exposición, pero siempre es agradable volver a ver las fotos y aconsejar a la gente que no las haya visto que se fije en lo que se respira en ellas, y por lo tanto en los propios rodajes. Si te gustan las etiquetas, etiquétate a ti mism@ pero deja a los demás en paz vivir felices.
Ya casi ha pasado un año desde que finalizó la exposición, pero siempre es agradable volver a ver las fotos y aconsejar a la gente que no las haya visto que se fije en lo que se respira en ellas, y por lo tanto en los propios rodajes. Si te gustan las etiquetas, etiquétate a ti mism@ pero deja a los demás en paz vivir felices.
Wasted, Los Ángeles (2011)
Young Harlots, Escocia (2012)
The Cult, Barcelona (2012)
Young Harlots, Escocia (2012)
Retribution, Portugal (2015)
Young Harlots, Escocia (2012)
Wasted, Los Ángeles (2011)
Pussy Galore, Escocia (2012)
Riding School, Gales (2011)
Riding School, Gales (2011)
Highland Fling, Escocia (2012)
The Cult, Barcelona (2012)
The Cult, Barcelona (2012)
sophieebrard.com
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