jueves, 14 de enero de 2021

Fragmentos de "La difícil vida fácil" de Iván Zaro

Hoy en día los trabajadores sexuales hombres o no binarios estamos invisibilizados, a pesar de disponer en internet de una gran multitud de portales dirigidos específicamente a nosotros para anunciarnos y publicitarnos. Esto puede ser para algunos una ventaja en la actualidad, al ser ignorados por el pseudofeminismo hegemónico y el movimiento neoabolicionista de manera que no están en el punto de mira, pero para otros muchos de nosotros implica un aumento y acentuación del estigma puta, al no permitírsenos formar parte visiblemente de la lucha por los derechos de les trabajadores sexuales y ser ignorados, para bien y para mal, por la sanidad, servicios sociales y administraciones del Estado. De las calles los chaperos prácticamente han desaparecido, pero la disminución de la presencia de las putas biomujeres y trans en las calles también es patente. Es la manera de publicitar nuestros servicios lo que ha cambiado, y lo que también de alguna manera nos ha alejado, cuando todes comenzamos juntes y en los mismos espacios hace décadas. La difícil vida fácil de Iván Zaro, trabajador social que se dedica a luchar por los derechos de los chaperos, con testimonios de chaperos reales, nos estampa en las narices una realidad tapada por intereses de la industria del rescate. Una inestimable y excelente obra mediante la cual los ciegos que quieran quitarse la venda de los ojos serán conscientes y conocedores de la evolución de la manera de trabajar de los chaperos y los distintos espacios y ámbitos en los que lo hacemos, y de cómo en muchos casos chapero y puta son sinónimos.

"Les invito a conocer un mundo aparentemente invisible del que muy poco se ha escrito y cuya existencia pocas personas conocen en profundidad: la prostitución masculina. Es habitual el tratamiento de la prostitución desde un enfoque exclusivamente femenino, relegando la figura masculina al demandante de los servicios sexuales. En este libro toman la palabra los hombres que ejercen la prostitución, y que ofertan sus servicios a hombres y mujeres."

"Esta obra parte de los testimonios de los trabajadores del sexo, que se expresan en primera persona, recobrando así un espacio que algunos agentes sociales han venido usurpando, demostrando, en algunas ocasiones, el más absoluto desconocimiento sobre las experiencias, las aspiraciones y las reivindicaciones de las personas que ejercen la prostitución."

"El lector se topará con vidas silenciadas e invisibles envueltas en el estigma social."

"En estos últimos años, he visto una transformación vertiginosa de la prostitución en general, especialmente la masculina, debido, en gran parte, a la presión pública para disuadir a los clientes, lo que ha tenido como consecuencia no el abandono del ejercicio de la prostitución, sino su mayor inaccesibilidad, es decir, el aumento de la vulnerabilidad de las personas que se prostituyen."

"Durante estos años he comprobado que no sólo se han liberado del estigma social que pesa sobre ellos, sino que además se preocupan por fomentar el bienestar de sus compañeros de profesión. Ellos me han enseñado lo que es el compañerismo y la solidaridad."

"En el ámbito de la prostitución masculina, existen diversas variables que definen su heterogeneidad, como la diversidad cultural y el factor migratorio. En este sentido, Latinoamérica, Europa del Este y algunos países de África son los lugares de procedencia más habituales de los trabajadores del sexo. Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha variado, y se puede comprobar que el número de inmigrantes dentro del colectivo se ha reducido, mientras que el de hombres españoles se ha triplicado en todos los espacios donde se desarrolla la prostitución. Esta tendencia viene causada por la elevada tasa de paro en España. Por otro lado, la situación de aquellas personas inmigrantes en situación administrativa irregular que continúan en la prostitución es actualmente más vulnerable que nunca."

"Los hombres que ejercen la prostitución en España son uno de los colectivos más vulnerables ante el VIH, sólo por debajo del grupo formado por las trabajadoras transexuales del sexo. Las necesidades económicas, junto con el consumo de estupefacientes o el mito del amor romántico, favorecen que los hombres que ejercen la prostitución se expongan a prácticas de riesgo y a contraer diversas Infecciones de Transmisión Sexual."

"Otra característica unida a la prostitución es el estigma. A lo largo de las próximas páginas, verán que la invisibilidad ligada a la prostitución masculina conlleva un precio en términos de soledad o rechazo."

"Aunque conciso, el presente análisis descriptivo supone una aproximación inédita a la prostitución masculina a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en España. El tamaño de la muestra comprende a 3707 hombres que en 2015 ejercieron la prostitución a través de internet. Todos ellos se anunciaron en la página www.telechapero.com y afirmaron ejercer la prostitución dentro del territorio nacional."

"La prohibición de la prostitución masculina contrasta con la permisividad de la femenina, cuya sexualidad continúa en muchos países mermada y dirigida. A diferencia de la femenina, para sobrevivir a su veto y hostigamiento, la prostitución masculina ha tenido que hacerse invisible, imperceptible.
La discreción se desarrolló como estrategia de supervivencia y, por ello, los trabajadores del sexo carecen de una imagen predefinida ante la opinión pública. No existe un patrón que permita construir un estereotipo de hombre que se dedica a la prostitución (...) Su discreción es tal que su invisibilidad parece ser real, los trabajadores del sexo son inexistentes a ojos de la sociedad en la que se mueven. Los hombres que ejercen la prostitución, escondidos a la ciudadanía, siguen desarrollando su actividad en paseos, plazas, parques y otros espacios públicos, de manera discreta, casi imperceptible al público, que desconoce su existencia."

"Cada ciudad tiene sus puntos neurálgicos. En Madrid, la Puerta del Sol es el centro histórico de la prostitución masculina, a la que acuden los clientes en busca de compañía. Para entender su origen como espacio de encuentro, debemos remontarnos a 1934, cuando el Bazar X cerró sus puertas definitivamente tras sesenta años de vida. Los nuevos propietarios del local decidieron en su lugar edificar una sala de proyecciones cinematográficas, y así, un año más tarde nació el cine Carretas. (...) con el paso del tiempo sus instalaciones fueron degradándose y, a finales de los setenta, resguardados por la oscuridad de las proyecciones, empezaron a congregarse en su interior hombres que buscaban sexo de manera anónima y otros que ofertaban sus servicios sexuales entre las butacas de la platea. La prostitución masculina y, en menor grado, la femenina se convirtió en una práctica habitual del cine Carretas. La Puerta del Sol, a pocos metros de distancia, se convirtió a su vez en el punto de encuentro donde los hombres negociaban los servicios y los precios, y una vez que se cerraba el acuerdo, acudían al cine para realizar el servicio sexual, amparados en la lobreguez de su sala. Su reputación trascendió tanto que, incluso durante la década de los ochenta, el cine aparecía en la guía gay internacional, hasta su cierre definitivo en 1995.
En la actualidad, la Puerta del Sol es el único resquicio callejero en Madrid donde la prostitución masculina sobrevive. Hace unos años, la calle Almirante, la calle Prim, así como aquellas adyacentes al Paseo de Recoletos, o la calle Maestro Arbós, perpendicular a la M-30 y muy próxima a la plaza de Legazpi, servían de punto de encuentro para contactar con los clientes que llegaban en sus coches. Las remodelaciones y los cambios urbanísticos que ha sufrido la capital en la última década han hecho menguar la prostitución masculina callejera."

"Te estoy hablando del año 1992, 1993. En aquellos años la calle Almirante era un vaivén de coches dando vueltas en busca de chicos. (...) Eso ya cambió, hoy los coches ya no circulan alrededor de los chicos como antes, pero siguen haciéndolo con las chicas. Todo cambia."

"Su funcionamiento es sencillo. Los establecimientos se anuncian a través de Internet o en la sección de contactos de la prensa, los clientes contactan con los gerentes y acuerdan una cita. En dicha cita, los trabajadores sexuales se presentan al cliente en lo que se conoce como «pasarela», donde ofrecen sus servicios. Tras conocerlos y escuchar todas las ofertas, el cliente selecciona a uno o varios de ellos para realizar el servicio sexual, que denominan «pase». Juntos se dirigen a una habitación acondicionada para la ocasión. El pago se efectúa al gerente o al encargado del piso después de realizar el servicio. Al finalizar la jornada los chicos reciben el porcentaje pactado, que suele representar la mitad de lo pagado por el cliente. (...) Suelen disponer de tres o cuatro horas libres de descanso para salir a la calle, pero siempre han de estar localizables por si algún cliente llama o acude al piso. Dichas exigencias generan que muchos de ellos apenas salgan a la calle durante su estancia, con lo que se encuentran desorientados en la ciudad y, por supuesto, desconocen los recursos y servicios sociales que tienen más próximos. Estos problemas son aún más exagerados entre los extranjeros, por desconocimiento de la lengua y del propio sistema en el que viven."

"En 2006 fueron detenidas por primera vez personas por explotar sexualmente a hombres extranjeros, pero no fue hasta septiembre de 2010 cuando tuvo lugar en España la primera operación policial contra una red de trata para la explotación sexual en el ámbito de la prostitución masculina. Dicha acción consiguió desarticular la estructura y organización de proxenetas que operaban, entre otras ciudades, en Barcelona, Palma de Mallorca, Madrid y Alicante, con el cierre de varios alojamientos que se dedicaban a su explotación. En Madrid se cerraron tres pisos y en la actualidad existen, al menos, otros dos en activo."

"Cada piso tiene sus normas o, como suele decirse, su política. Pero el funcionamiento de todos ellos es similar: tú ingresas en el piso, te ponen en su página web, tú también te anuncias, y ya está. Obviamente, en el piso hay muchos chicos, así que, cuando llega el cliente, todos los chicos pasamos al salón y nos vamos presentando uno a uno. Cada uno le cuenta al cliente lo que hace, lo que le gusta o lo que no. Y si te selecciona, vas a la habitación, el 50% es para la agencia y el otro 50% es para ti. (...) En algunos pisos, sí que es cierto que los dueños se quieren acostar contigo a modo de prueba (...) Cada piso tiene sus normas, pero es cierto que en algunos te sientes como si estuvieras en la cárcel, como secuestrado, porque apenas te permiten salir. (...) Aunque la plaza sea para veintiún días o un mes, intentamos llevarnos bien, como hermanos, como una gran familia. (...) Entre nosotros no se da la competitividad que se da en la calle o en la sauna, en absoluto hay esa competitividad. (...) Problemas con los clientes he tenido pocos. Se dio una ocasión en que uno empezó como a darme azotes, bofetadas y a escupirme. Yo eso sí que no lo aguanto, porque somos putas, pero no sacos de boxeo, así que le dije que parara, pero me contestó que para algo estaba pagando. Pero vamos, que salvo esto, nunca he tenido ningún problema. Ni siquiera entre compañeros. Con gerentes de pisos, en cambio, sí. Las normas que imponía este hombre yo creo que eran muy bruscas. Uno está prostituyéndose en un piso, no está pagando condena en una cárcel en la que te tienen encerrado y te obligan a hacer cosas. Ese es el caso. Como ninguno de los compañeros daba el paso, lo di yo, no iba a aguantar eso, ni para mí ni para la gente que se prostituye, así que le denuncié. Le denuncié y ahora a esperar el juicio. A los compañeros no les queda más remedio y aguantar porque muchos vienen solos a España y no tienen a donde ir."

"En los pisos el dueño se lleva el 50% de tu trabajo. Un 50% para ti y un 50% para el piso. Si vives allí, tienes que estar las 24 horas en el piso. A veces, puedes salir un rato, para hacer compras o tomar un poco de aire, a lo mejor tienes un día libre, pero casi todo el rato tienes que estar allí, pues cuando viene un cliente todos tenemos que mostrarnos, es lo que llamamos «pasarela», para que el cliente pueda elegir al chico. Puedes negarte si te pide algo que no quieres hacer, pero no los eliges. Es frecuente que para acceder a una plaza se tenga que tener sexo con el gerente, creo que puede decirse que es una norma general el que se aprovechen de los chicos nuevos que entran al piso."

"Pero no todo son ventajas, no suelen ser sitios muy limpios. Se descansa poco y mal. Te pasas veinticuatro horas allí, siempre metido en ese ambiente que agota física y mentalmente. La casa siempre gana, mucho más que tú porque se queda un 50% sin hacer nada."

"Antes los clientes se gastaban mucho dinero en los pisos. Antes de la crisis económica una persona podía permanecer en el piso veinticuatro horas, comprando droga y gastando miles, miles de euros."

"He oído casos de chicos que se prostituyen para pagar la deuda del viaje a España. Son los «cafetones», he conocido a muchos brasileños que han venido así. Muchos «cafetones» han sido chaperos antes y se aprovechan de los chicos nuevos cobrándoles el precio del billete con intereses, ganando con ello miles de euros."

"Después de realizar una exhaustiva revisión de los principales portales de ocio y prensa digital dirigidos al colectivo LGTB, se puede afirmar que en España hay aproximadamente un total de sesenta y cinco saunas dirigidas exclusivamente a hombres que buscan sexo anónimo con otros hombres. (...) En la mayoría de las saunas, el contacto sexual se produce sin transacción económica de por medio, aunque, en algunas ocasiones, son utilizadas por los trabajadores del sexo para el desarrollo de su actividad, bien por carecer de espacio para realizar el trabajo, o bien como vía para ofrecer sus servicios. Sin embargo, también existen saunas en Madrid, Barcelona o Valencia destinadas casi exclusivamente a la oferta y demanda de servicios sexuales remunerados."

"Después de realizar una exhaustiva revisión de los principales portales de ocio y prensa digital dirigidos al colectivo LGTB, se puede afirmar que en España hay aproximadamente un total de sesenta y cinco saunas dirigidas exclusivamente a hombres que buscan sexo anónimo con otros hombres. (...) En la mayoría de las saunas, el contacto sexual se produce sin transacción económica de por medio, aunque, en algunas ocasiones, son utilizadas por los trabajadores del sexo para el desarrollo de su actividad, bien por carecer de espacio para realizar el trabajo, o bien como vía para ofrecer sus servicios. Sin embargo, también existen saunas en Madrid, Barcelona o Valencia destinadas casi exclusivamente a la oferta y demanda de servicios sexuales remunerados."

"Porque la crisis también se nota mucho dentro de la sauna. La sauna que yo conocí hace unos años ha cambiado mucho. En aquella época, todavía había pesetas, aunque pronto se cambió al euro. El cambio no se notó mucho (...) pero desde hace tres años la cosa ha ido a menos, la crisis se nota mucho. Mucho, muchísimo."

"La prostitución es una actividad que se desarrolla especialmente en la noche, asociada a un carácter lúdico, prohibido y oculto. Madrid, Barcelona o Valencia disponen de numerosos locales de ocio nocturno donde los clientes pueden encontrar a profesionales del sexo. (...) El funcionamiento de los locales es similar. Son espacios que permiten a los clientes contactar y negociar todos los detalles del servicio sexual, aunque los clientes que acuden a estos espacios suelen buscar también conversación y fantasía. (...) Los encuentros sexuales suelen tener lugar en los domicilios de los trabajadores del sexo, que fijan su residencia cerca de estos locales, hoteles o pensiones aledañas. Sin embargo, en aquellas ocasiones en las que no se dispone de espacio o el cliente no quiere pagar por una habitación, se utilizan los baños para los servicios sexuales."

"En 2006, se hizo pública la apertura en Valencia del primer local de prostitución masculina dirigido exclusivamente a mujeres."

"Descubrí por Internet un anuncio de un piso en Murcia que se llama Tropical, Chicos Tropical, creo que era. (...) cogí un bus hacia Murcia. Era la primera vez que iba a un piso de estos. Le gusté, me sacó unas fotos y las colocó en la página web de Telechapero. Recuerdo que me hizo entrar en una habitación y follar con él. Al acabar, me dijo que valía para aquello, que podía quedarme en el piso. Aquello era una locura. Dormíamos todos juntos en la misma habitación, que en realidad no era más que el salón. Allí había muchos chicos y travestis, todos durmiendo en literas en el salón, que además contaba con un par de mesas y un ordenador al que había que echar monedas para usar Internet. No llegué ni a acabar la plaza, aquello no me iba, y tampoco iba mucha gente. A ver si me entiendes, le daba el 50% al dueño del piso y apenas había clientes. Empecé a pensar: «Si valgo este dinero aquí, ¿por qué no lo voy a valer en Madrid?»"

"Me instalé una temporada en casa de mi hermano, que vivía en Madrid. Enseguida le dije a lo que me estaba dedicando. Le pareció muy mal, me trató peor que a un perro para que me fuera, pero aguanté unos días allí con él mientras empezaba a frecuentar el Black & White."

"En el Black & White tienes que ir buscando contactos entre la gente. Siempre puedes encontrar alguno que se lo quiere montar en el baño, pero esos pagan poquísimo. Yo siempre procuro llevármelos a casa, a la mía, a la suya, o a un hotel. Hacerlo allí en los baños no me gusta, y además hay mucha luz y eso no me gusta. Más que nada, por mi soriasis. Y sobre todo porque allí, con gente entrando y saliendo, me cuesta empalmarme un huevo y sé que voy a quedar como el culo."

"A la gente le cuesta aceptar estas cosas, no acaba de gustarles. Mi propio hermano sigue sin aceptarlo del todo. Mis padres tampoco, aunque con ellos no menciono ni el tema. Lo saben desde el primer día, y mejor no lo hablamos. Fue jodido decírselo, mi madre se puso a llorar y llorar. No paraba de llorar y mira que le expliqué que era mi forma de ganarme la vida. «Mira, voy a seguir follando con tíos cobrando o sin cobrar, pues tómatelo como que follo con tíos y cobro», le expliqué, pero no la convencí mucho. Aunque, gracias a dios, me esté ganando la vida bien y vaya tirando. Cuando me ven, siempre me sueltan aquello de: «A ver cuándo cambias de vida.» Mi hermano igual. Vamos, que apenas mantenemos relación, y cada vez menos, y eso que he dado mucho por mis padres y mi hermano, pero no ha sido recíproco. No me he sentido igual de apoyado por ellos. Les expliqué a lo que me dedicaba porque no podía vivir con la mentira. Yo no puedo vivir con la mentira, me da igual las consecuencias que tenga, pero no quiero vivir con la mentira."

"Al principio el VIH me causaba mucho trastorno en el trabajo, sobre todo a la hora de follar, me entraba como un complejo de culpabilidad, pero gracias a tu ayuda como trabajador social conseguí superarlo."

"En realidad, hay profesiones peores que ésta y, sin embargo, la gente las tiene en mejor consideración. Somos personas normales, la gente debe entender eso, que podrían ser ellos mismos, o sus hijos, o su padre. ¿Quién sabe lo que ha hecho su padre o su madre en la vida? Este trabajo debería estar naturalizado y así se acabarían muchos problemas."

"...a partir del año 2000 todo cambió con el acceso masivo de Internet por parte de la sociedad española, y los trabajadores del sexo contaron con nuevos espacios y herramientas para elaborar sus perfiles en las páginas de contactos (...) Pero estos canales, en principio, no estaban diseñados para la oferta de la prostitución. (...) Sin embargo, en 2006, este vacío lo cubrió Telechapero, actualmente la red más importante de España, que reúne a más de tres mil hombres repartidos por todo el territorio español. Su acceso es gratuito y no es necesario el registro para ver los perfiles anunciados. Estos perfiles suelen incluir el nick, la edad, la ciudad, el teléfono de contacto, los rasgos antropomórficos básicos, los servicios sexuales que se ofrecen, la disponibilidad de sitio para recibir al cliente o si se realizan desplazamientos a domicilio y las tarifas. También suelen incluirse fotografías y vídeos. (...) Parte del éxito de Telechapero reside en la gestión profesional, el trato personalizado a sus clientes y la gratuidad de la mayoría de sus servicios. Su popularidad en la industria del sexo ha hecho que empresas de sex shops online, locales de sexo, fotógrafos eróticos o productoras de cine porno deseen anunciarse en ella. Además, dentro de su Responsabilidad Social Corporativa (RSC), colabora con entidades sin ánimo de lucro en campañas de prevención de ITS. Algunas de sus acciones de difusión han ido encaminadas a conseguir una mayor visibilidad y normalización de la prostitución masculina, entendiendo dicha normalización como una herramienta para sacar de la marginalidad y la exclusión a las personas que forman parte de este colectivo."

"Cuando llegué a Madrid para estudiar interpretación ya tenía en mente introducirme en la prostitución de una más seria. Terminé tan escamado con mis experiencias previas en el mundo laboral que sentía la necesidad de trabajar para mí mismo, sin depender de nadie. Quería ser capaz de gestionar mi dinero, mi vida, solucionarme el tema y tratar de cambiar, pero sin trabajar para nadie. No depender de nadie, sólo de mí. Eso era lo más importante. (...) Mi apuesta ha tenido cosas buenas y cosas malas. En cuanto a cosas buenas, gestiono mi tiempo, gestiono mi dinero, gestiono cuándo quiero trabajar y cuándo no."

"...vienen de todas las edades: veinte, treinta, cincuenta, sesenta, setenta. Hay de todo. Muchos de ellos casados. Creo que alrededor del 80% tiene mujer. También los hay casados que están casados con hombres, y chicos jóvenes solteros gais, así como chicos inexpertos buscando su primera experiencia. Algunos son bisexuales que están tratando de decantarse por las mujeres o los hombres y de alguna manera necesitan de un profesional para reafirmarse. Escucho todo tipo de historias. Igual que los hay ricos y con mucho dinero y otros que vienen con sus 100€ ahorrados para gastárselos contigo. (...) en principio la mayoría tienen un poder adquisitivo normal."

"Otra vez atendí a un chico discapacitado con la espalda rota en once trozos. (...) Me invadió un sentimiento de pena enorme. (...) Me pasó por la cabeza no cobrarle, pero al mismo tiempo pensé que quizá, si no le cobraba, resultaría obvio que sentía pena por él, y no creo que fuese lo que buscaba. Con mi pena podía hundirlo, podía hacer que se sintiese fatal. No cobrarle era humillarlo, así que le cobré. (...) Sin duda, en estos casos creo que desarrollo una función social. (...) También creo haber desempeñado una función social cuando he atendido a personas ciegas, por ejemplo. (...) En este sentido, me he sentido muy útil en muchas ocasiones, como en aquella en la que vino un chico con polio. (...) Y no sólo personas con minusvalías físicas, existen personas muy tímidas, muy retraídas, sin habilidades sociales y para las cuales también resulto necesario."

"En cualquier trabajo se corren riesgos. Si trabajas en una obra, te puedes caer del andamio y matarte. Si te prostituyes, te puedes infectar de VIH. Lo que pasa es que caerse de un andamio no está estigmatizado, pero coger el VIH sí, porque «eres una guarra y estás follando todo el día», eso tiene estigma. Porque «eres una puta», «eres una cerda». Eso acarrea estigma. Un «te jodes» por parte de la sociedad. Un «no haberlo hecho». Esa es la diferencia con otras profesiones, que los riesgos aquí se convierten en estigmas. En penas merecidas a ojos de otros."

"Intento planificarlo, pero el futuro, ¿quién lo tiene realmente asegurado? Nadie. ¿Qué diferencia hay entre trabajar en lo que yo trabajo y hacerlo en un Zara o en una tienda de zapatillas o en un supermercado? Si pasado mañana te pueden despedir. Es decir, mi trabajo tiene una vida limitada, pero también el de quien trabaja en el Zara. ¿Va a trabajar hasta los 67 años en el Zara? No. Entonces qué diferencia hay realmente? Ninguna."  

"La prostitución siempre ha existido, existe y existirá. Es más el proceso que va sufriendo uno mismo a nivel externo que el interno, porque la profesión siempre ha existido, siempre ha estado ahí. Es cuestión de cómo cada uno va recorriendo la profesión y se va haciendo mayor con ello, madurando y cambiando de perspectiva."

"En general, la sociedad me ve como eso, como un chapero. Piensan que por eso eres un tirado, que estás condenado a coger el VIH, además de ser un vago que se dedica a esto porque no sabe hacer otra cosa. Te ven como una persona poco hábil para hacer otros trabajos y creen que te mueves en un mundo muy mezclado con las drogas. Creo que esa es la visión que tiene la sociedad de nosotros. Una percepción muy oscura, parten de la idea de que, para dedicarte a la prostitución, tienes que ser un chico con poca cultura o un perdido de la vida. En los medios de comunicación, nunca aparecemos. Cuando he visto algo en televisión ha sido siempre algo sobre el desmantelamiento de pisos o sobre chicos que ejercen la prostitución de manera forzada para darle dinero a otra persona, al proxeneta. Yo estoy en contra de las mafias y el uso de chicos por parte de los proxenetas, pero muy a favor de poder ejercer la prostitución libremente. Es decir, de reivindicar la prostitución como un trabajo con el cual sacarse un dinero para vivir. Yo trabajo con mi cuerpo y lo que gano es para mí, para nadie más, lo otro no lo acepto."

"Seguir diciendo a día de hoy que nadie está en prostitución porque quiere o que nadie está por placer demuestra una mentalidad muy retrógrada, propia de gente que habla sin saber lo que dice. (...) Todos mis amigos están puteados en sus trabajos y yo estaba puteado en mis trabajos previos. (...) ¿Por qué el sexo es sucio? Todo el mundo tiene sexo. ¿Por qué sigue considerándose sucio? (...) La gente que repite una y otra vez estas ideas es porque no tiene ni zorra idea y anda como los caballos, con una idea fija en la cabeza. Para ellos, la prostitución es sólo trata de blancas, drogas y mafias. Por supuesto, yo estoy en contra de todo eso, pero la prostitución tiene muchos ámbitos y se puede desarrollar de múltiples maneras. Hay muchas maneras de prostituirse en la vida y muchas son más sucias que la manera en que yo lo hago. Hay más personas ejerciendo la prostitución sin ser prostitutas que siéndolo de verdad."

"Todo el mundo hace uso de la prostitución: entre mi cartera de clientes tengo de todo, curas, banqueros, algún marqués, actores, de todo (...) Eclesiásticos muchos, bienvenido al mundo de la Iglesia. Sus miembros son grandes usuarios de la prostitución."

"En la prostitución es habitual la oferta y la demanda de servicios sexuales que van más allá de la clásica felación y la penetración anal. En este ámbito, los clientes se sienten más liberados ante fantasías sexuales a menudo silenciadas por vergüenza. Entre ellas, están los intercambios de roles o juegos de poder eróticos, el travestismo o las prácticas de inmovilización y sadomasoquismo. (...) En las relaciones BDSM, las «normas sagradas» son: seguridad (se requiere un conocimiento mínimo que garantice la seguridad de ambas partes para el desarrollo de ciertas prácticas), sensatez (la capacidad de decisión no deberá estar alterada en ningún caso por el uso de drogas o alcohol, ambas partes han de ser capaces de diferenciar fantasía y realidad) y consenso (deben acordarse no sólo las prácticas, sino su intensidad, el entorno donde se llevarán a cabo y el código de seguridad o palabra, que, una vez expresada, haga que el juego se interrumpa y se vuelva a la equidad de roles de forma automática, poniendo fin a la práctica que se estuviera desarrollando)."

"Abrirte a los conocidos ayuda, y si además te encuentras con gente un poco consecuente e inteligente, se ven obligados a plantearse muchos de los dogmas asumidos. Recuerdo que una compañera de mi antiguo trabajo se declaraba a sí misma partidaria de la abolición de la prostitución. Supongo que porque estaba de moda, porque cuando te ponías a hablar con ella, descubrías que su discurso no era para nada abolicionista. No hablaba de la prostitución como tal, hablaba de otra serie de historias. Hablaba de la explotación, de las mafias, de otras historias. Cuando comenzamos a hablar sobre el tema, le dejé entrever que yo hablaba con conocimiento de causa, en primera persona, y cuando al final lo supo su posición ya era distinta. Simplemente argumentaba que ella no podría dedicarse a eso. Vale, está bien, pero es que tú no tienes por qué dedicarte a ello, no todo el mundo tiene que poder. «Te estoy diciendo que yo puedo», le replicaba, ante lo que ella contestaba: «Ah bueno, es que es tu cuerpo». ¿Entonces en qué quedamos? Hace un momento había que prohibir la prostitución y ahora ya puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera. Y ella me decía que eso no era igual. No, no es igual, no, te falta elaborarlo, te hace falta darle una vuelta de tuerca. Y separar términos, una cosa es una cosa (la prostitución voluntaria o el trabajo sexual) y la otra es otra (víctimas de trata con fines de explotación sexual). No mezclemos."

"El principal problema de la prostitución masculina es que para el ciudadano no existimos. No estamos en ningún sitio. En el mejor de los casos, van a decirte que somos residuales. (...) Recuerdo un foro donde estaba debatiéndose sobre la prostitución que se me plantó delante una señora abolicionista y me dijo que la prostitución masculina no existía. «¿Me lo estás diciendo a mí, en mi cara?», cuando hacía apenas cinco minutos me acababa de presentar al público del foro como trabajador del sexo. Pues ella juraba y perjuraba que no existía. Cuando se lo repetí por cuarta vez, que ya me puse un poco flamenco, le dije: «Mira, te dejo mi número de teléfono, y esta noche, cuando se te pase el disgusto, me llamas». En ese momento se tuvo que callar y cambiar la línea del discurso. Vale, que sean abolicionistas, genial, pero que me digan en la cara que no existo..."

"El mayor riesgo laboral a día de hoy, es precisamente que como trabajador del sexo estás indefenso a nivel legal. (...) A esto se añade el desconocimiento, de muchos de nosotros, de los recursos y ayudas a los que tenemos derecho. Por la gran cantidad de estigmas que existen, y la indecisión inicial, es algo que se va aprendiendo con la experiencia."

"Somos invisibles porque acumulamos estigmas, uno detrás de otro. En el ámbito de la prostitución masculina, a la mujer siempre se le ha negado el derecho de disfrutar de su sexualidad, por lo tanto, a muchas clientas potenciales las perdemos por el camino. Reducimos así el sector casi a hombres que tienen sexo con otros hombres, y aquí aparece el primer tabú. Luego está el de la prostitución. Incluso en círculos heterosexuales machistas, donde antes todo el mundo decía que era un machote por haberse ido de putas, ahora está muy mal visto pagar, ya nadie lo dice. ¿Pagar por sexo? ¿Con lo macho que tú eres y con todo lo que tú ligas? Así que si encima ya le vas a pagar a un tío, apaga y vámonos. Maricón, y encima pagando. Es lo último."

"El cambio de faceta es inmediato. Cuando me estoy cambiando, mientras me estoy maquillando, me siento chico, pero en cuanto acabo y me pongo la peluca, que es el último paso, cambio mucho, me siento diferente, sale de dentro algo femenino que tenía guardado. Mirándolo desde fuera, para mí supone un cambio muy grande. Y lo llevo bien, porque es una cosa que tenía guardada dentro de mí y que ha terminado por aflorar. No me ha chocado ni sorprendido. Poder explorar ese lado me ha beneficiado mucho, me ha hecho mucho bien. Ahora tengo dos identidades: Álvaro y Samantha."

"Me gustaría que, con el tiempo, la gente cambie un poco la visión de lo que es la prostitución. Somos humanos, somos personas como las que pueden estar leyendo este libro. Ejercemos un trabajo, porque es un trabajo, pero la forma en que nos mira la sociedad es despectiva y discriminatoria. No está bien visto lo que hacemos, pero somos humanos e iguales a todos. El mundo que la gente, y la sociedad, intenta hacer ver de la prostitución no es tal. La sociedad tiene una visión de la prostitución distorsionada. En este trabajo hay de todo, como en todos los otros. Así como ellos, cuando se van, siguen con sus vidas, después de trabajar, yo sigo con la mía, la única diferencia es el trabajo, pero cobro dinero, pago mis impuestos y desearía que la sociedad me aceptara y pudiera verme como a un igual."

"El hecho de que un hombre que ejerza la prostitución realice además pornografía podría parecer que tiene a priori un efecto positivo, puesto que sus apariciones en vídeos podrían servir como reclamo para publicitar sus servicios. La realidad es que, aunque algunos clientes acceden a ellos tras haberlos conocido previamente como actores porno, lo habitual es que los trabajadores del sexo renieguen de la prostitución para identificarse más como actores porno. Aunque continúen en activo dentro de la prostitución, no quieren que se les relacione con esta, se sienten más cómodos dentro de su nuevo rol de actores."

"...he hecho muchos vídeos gais, vídeos eróticos y porno. Muchísimos. La producción y distribución de las películas porno o eróticas es diferente. El vídeo erótico es muy similar a un videoclip musical, y muchas veces no tengo ni idea de a dónde han ido a parar esos vídeos, al revés que las películas."

"Una grabación es un trabajo duro. Puedes pasarte toda una mañana o una tarde para una sola escena. Son jornadas de ocho horas muchas veces, para luego quedar reducido a un fragmento de quince minutos."

"Las mujeres no es que no paguen, es que ellas son más discretas. Una clienta mía siempre dice que los hombres se pueden ir de putas, pero las mujeres no, simplemente porque vivimos en una sociedad machista. Esa es una gran verdad. Las mujeres no pueden decir que han pagado a un scort porque queda feo que una mujer diga eso, resulta humillante. Mientras que, si lo dice un hombre, queda bien, queda como muy macho. Las mujeres siempre han venido más a escondidas, o no se dejan ver mucho, es lo normal. Pero existen, son muchas, y cada vez más."

"A lo largo de la década que he dedicado a promover la salud de los trabajadores del sexo, he tenido la oportunidad de conocer, y en algunos casos acompañar, a hombres que han abandonado la prostitución. Resulta de especial interés para mí conocer no sólo los motivos que han desembocado en el abandono de la prostitución, sino también las variables que dificultan el proceso de adaptación de una actividad económica carente de cualquier regulación formal a otras fuertemente normativizadas, con unos horarios fijos, un superior a quien rendir cuentas, así como la adaptación a la administración de unos recursos económicos estables. (...) El estigma que rodea la prostitución hace que desde un punto de vista cultural la sociedad contemple esta actividad como algo moralmente cuestionable, algo de lo que es preferible salir o escapar. La realidad es si cabe más dura, puesto que los hombres que ejercen la prostitución son invisibles y resultan inexistentes para la opinión pública. Siendo esto cierto, ¿por qué iban a existir herramientas que presten apoyo para que estos hombres abandonen la prostitución? La misma invisibilidad que en algunas ocasiones favorece al colectivo también perpetúa su exclusión. Esta es la principal queja de los hombres que han abandonado la prostitución, que lo han hecho por su cuenta y han echado en falta el apoyo de la sociedad, una sociedad que califica su actividad de moralmente reprobable."

"La prostitución me ha hecho ser persona, se lo debo todo. Ha sido el mejor curso de mi vida, era lo que necesitaba para quitarme la cantidad de prejuicios que tenía antes, para tener la sensibilidad que tengo ahora. Ha dejado tanta huella en mí que ahora mismo no me siento integrado dentro de la sociedad, siento que no encajo. Sí con personas como tú que conocen este ambiente, pero no en su conjunto. Desde que me casé, hace dos años, he comenzado a vivir de otra forma. Me hace gracia cuando visito foros sobre prostitución y las abolicionistas hablan de la reinserción. Para hablar de reinserción, primero habrá que insertar, ¿no?"

"Deberíamos comenzar a ofrecer a la sociedad una correcta educación sexual. En ese sentido, el problema de la prostitución es que falta educación. No podemos correr si no hemos gateado antes, cualquier paso que queramos dar con la prostitución lo va a parar la moralidad. Como yo le decía a mi chico: si no existiesen las abolicionistas, la prostitución tendría la partida ganada y no tendríamos que luchar contra nadie. Pero los que se dedican a la prostitución deberían gozar de los mismos derechos de los que se goza con cualquier otro trabajo. El mecánico no deja de ser más trabajador que una puta, por derecho. Es algo que se le está quitando a la prostitución por esa doble moralidad de la sociedad."


imagina MÁS, ONG de salud sexual, igualdad y diversidad, es una asociación sin ánimo de lucro que tiene como objeto principal trabajar en la salud, educación, formación, prevención, reducción del estigma y discriminación, exclusión social y laboral, así como fomentar la igualdad y diversidad principalmente en los colectivos más vulnerables: personas con VIH y otras ITS o en riesgo de contraerlas, mujeres, migrantes, colectivo LGTBI, personas que ejercen la prostitución (PEP), jóvenes, mayores. Ofrece diferentes servicios en proyectos de VIH (prueba rápida, asesoramiento, grupos de apoyo), transexualidad (atención e información), prostitución (acompañamientos, asesoría, material preventivo, talleres, etc.), así como editoriales sobre bienestar y salud sexual. Sus valores, presentes en todo lo que hacen, son el respeto, la transformación social, la creatividad, la innovación y el compromiso. 

imaginamas.org


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