Alberto Ruiz-Gallardón (1958- )
En el siglo XVII el filósofo judío Spinoza, excomulgado y repudiado por la comunidad judía al pasarse del monoteísmo al panteísmo tras considerar que Dios no es un ser antropomorfo dotado de personalidad, voluntad e intelecto, sino que Dios se encuentra en todo y en todos y que todo y todos somos formas de Dios sin que eso implique la existencia de un ser "superior" con consciencia, corriente que se podría relacionar con el budismo y el concepto del inconsciente colectivo desarrollado por Jung (más que por Freud), y después de verse también dado de lado por muchos cristianos a pesar de haberse sentido integrado en algunos grupos de cristianos librepensadores, consideró que era el Estado y no la religión el que tenía que garantizar la libertad individual y colectiva, entendiendo siempre que esa libertad ha de verse lógicamente coartada cuando atenta contra la de otro ser. Nada más y nada menos que 4 siglos después, en el siglo XXI, un político ultrarreligioso, conservador y taurópata de, se me permita o no decirlo, dudoso nivel intelectual, pretende tomar en una época de crisis medidas tales como limitar el derecho de manifestación considerando superior su libertad en relación a la del resto de población a la que se supone representa. No me queda más que dejaros aquí lo que Spinoza escribió en relación con este tema a mediados del siglo XVII:
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