viernes, 17 de abril de 2015

Jeffrey Eugenides: "Middlesex"


Los libros excesivamente gruesos me suelen dar pereza, pero nunca me cansaré de releer "Middlesex" de Jeffrey Eugenides con sus 673 páginas (libro de bolsillo). Inmigración. Genocidio de los turcos a los griegos, un hecho del que los libros de historia no suelen hablar. De griegos en Turquía a grecoamericanos. Incesto. Racismo. Intersexualidad. Todo contado de una manera que jamás he observado en otras novelas. Siempre en primera persona incluso cuando aún el protagonista no ha nacido para vivir lo que se cuenta. Una historia autobiográfica contada por un intersexual desde la vida de sus abuelos en Grecia antes de su nacimiento, abuelos que eran hermanos carnales, hasta su edad adulta, sin que ello impida identificarte con el resto de personajes. Olvidando detalles adrede para recuperarlos más adelante, con menciones tanto científicas como mitológicas y por supuesto filosóficas tratando de lo que trata. Una prosa personalísima que a pesar de ser pura prosa me resulta muy poética quizás por su sensibilidad... Una verdadera joya. ¿Te interesan las teorías queer que ponen en tela de juicio el concepto de género que nos han metido a la fuerza desde pequeños para que formemos parte de eso que llaman normalidad pero no te van los ensayos? Entonces tienes que leer esta novela. Indispensable.

"Nací dos veces: fui niña primero en un increíble día sin niebla tóxica de Detroit, en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Peroskey, Michigan, en agosto de 1974. Los lectores de publicaciones especializadas quizá se hayan topado conmigo en el artículo «Identidad sexual en los pseudohermafroditas con deficiencia de 5-alfa reductasa», del doctor Peter Luce, publicado en la Revista de Endocrinología Pediátrica en 1975."

"¡Háblame, Musa, de la mutación recesiva ligada a mi quinto cromosoma! Háblame de cómo prosperó dos siglos y medio atrás en la falda del Monte Olimpo, mientras las cabras balaban y las aceitunas caían al suelo. Háblame de cómo se transmitió a lo largo de nueve generaciones, invisible y agazapado en el contaminado seno de la familia Stephanides. Y háblame de cómo la Providencia, amparándose en una matanza, aventó de nuevo el gen; háblame de cómo lo lanzó cual semilla al otro lado del océano hasta América, donde empujado por el viento atravesó nuestras lluvias industriales hasta caer en el terreno fértil del vientre de mi madre, en plena región central del país.
Si a veces me pongo un poco homérico, lo siento. También es algo genético."

"Trato de volver mentalmente a una época anterior a la genética, antes de que todo el mundo adquiriese la costumbre de explicar cualquier cosa con un: «Está en los genes.» Un tiempo anterior a nuestra actual libertad... ¡y mucho más libre!"

"Los griegos nos casamos en círculo, para que se nos queden grabados los elementos esenciales del matrimonio: para ser feliz hay que encontrar variedad en la repetición; para avanzar hay que volver a donde se ha empezado.
Ahora bien, en el caso de mis abuelos, se trazó un triple círculo: Cuando pasearon por cubierta la primera vez, Lefty y Desdémona seguían siendo hermanos. La segunda vez, eran novios. Y la tercera, marido y mujer."

"Hecho histórico: la gente dejó de ser humana en 1913. El año en que Henry Ford hizo que los vehículos avanzaran sobre rodillos y que sus operarios fuesen tan rápidos como la cadena de montaje."

"La memoria se revisa a sí misma. La memoria pinta con aerosol."

"La normalidad no era normal. No podía serlo. Si la normalidad fuese normal, nadie se preocuparía de ella. El mundo podía quedarse tranquilo y dejar que la normalidad se manifestase por sí misma. Pero la gente tenía dudas sobre la normalidad, y sobre todo los médicos, que no estaban seguros de que se manifestara como era debido. De modo que se sentían inclinados a corregirla."

"El libre albedrío vuelve a la escena. La biología nos da un cerebro. La vida lo convierte en intelecto."

"Los navajos tienen una categoría de persona que denominan berdache. En principio, un berdache es alguien que cambia de sexo, que adopta una identidad sexual distinta a la de su sexo de nacimiento. Recuerda, Cal. El sexo es biológico. La identidad sexual es cultural. Los navajos entienden perfectamente ese hecho. Si alguien quiere cambiar de identidad sexual, se lo permiten. Y no lo denigran, sino que lo honran. Los berdaches son los chamanes de la tribu. Los curanderos, los grandes tejedores, los artistas."

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