Fotografía tomada a dos tajinastes rojos en Tenerife en el 2007 (Josu Sein)
REINONAS DICTADORAS
Reinos
absolutistas disfrazados de democracias. Condenado a la guillotina
por una serie de mentiras. ¡¡¡Que le corten la cabeza!!! Nunca más
pensará ni hablará. Ese fue mi veredicto. Las mentiras serán las
verdades de aquella reinona que desde su Torre de Marfil dispuso que
todo había de girar en su entorno y todas las relaciones debían
desarrollarse según un protocolo que no pretendía más que
enmascarar su trastorno y alargar el tiempo en el que finalmente
saliera a la luz. Dueño del Libro que lleva la Razón, consideró
que enamorarse del heterodoxo hereje pagano haría mella en su
figura, su tan preciada figura. Como buen absolutista, negó el
derecho a la defensa, a no ser que fuera manipulada para escuchar lo
que la reinona quería escuchar. Viejo truco, demasiado viejo como
para utilizarlo para mantenerse en el mismo puesto por mucho tiempo
más. Nada fue como el señorito quiso. Que ardan los demás. Lástima
que la reinona no se diera cuenta de que siempre estará ardiendo
mientras no decida por un día probar qué es no ser rey. Pero cuando
se da más importancia al orgullo que a los sentimientos, difícil
resulta aplacar esos sentimientos en forma de llamas. Porque todos
aquellos a los que condenaste a la guillotina consiguieron escapar
gracias a sus aliados que tú desconocías, y cuando nos encontremos,
porque nos encontraremos, el único odio que sentirás será hacia ti
mismo y yo ya estaré protegido. Que Dioniso, Príapo y los sátiros
te lleven en su gloria llena de llamaradas.
Texto escrito en el 2013 (Josu Sein)
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