jueves, 22 de octubre de 2015

Peter Singer: "Liberación Animal"



Tantas obras en defensa de los derechos de los animales no humanos citadas en este blog, y aún no había leído el gran clásico del movimiento animalista, "Liberación animal" de Peter Singer. Problema resuelto, y con gran satisfacción, ya que se trata de una gran obra que va argumentando a través de diferentes capítulos que tratan de los diversos ámbitos en los que los animales no humanos son maltratados, por qué debemos tenerlos en consideración exactamente de la misma manera que a los humanos, siendo la primera obra que comenzó a tratar el concepto de especismo. Se trata además de una edición actualizada, o más bien reescrita por Peter Singer en el 2011, dando nuevos datos actualizados, tanto para bien como para mal, además de corregir alguna opinión que ha cambiado desde la primera edición de 1975. La mejor manera de abordar y resumir el libro, es capítulo a capítulo.


1.- TODOS LOS ANIMALES SON IGUALES...
o por qué el principio ético que fundamenta la igualdad entre humanos exige que también que extendamos la igualdad a los animales

En unas pocas páginas introductorias, Singer argumenta el principio base de toda la obra, la igualdad de todos los seres sintientes. Pero cuando se refiere a esa igualdad, para acallar a todos los que digan que evidentemente somos diferentes (y el resto de animales entre sí también, porque poco tienen que ver una ballena y un gusano), deja claro que se trata de considerar a todos los seres sintientes con intereses por igual independientemente de las diferencias y de que a causa de ellas los derechos tampoco sean los mismos (no tendría sentido darle a un perro el derecho al voto), ya que lo contrario sería un intento de justificar todo tipo de torturas y matanzas en aras de una supuesta y arbitraria superioridad, tal como ocurrió con las mujeres o los negros, algo que aunque siga ocurriendo ha cambiado radicalmente sin que hoy en día seamos conscientes, por no haberlo vivido, de cúal era la situación de los esclavos negros o las mujeres hace tan solo dos siglos, un cambio que ahora se está extendiendo a todas las especies animales. Un punto de vista optimista necesario para seguir luchando, ya que si pensamos que lo que estamos haciendo no sirve para nada dejaremos de actuar permitiendo que todos los animales vuelvan a la situación en la que se encontraban hace siglos.

El principio básico de la igualdad no exige un «tratamiento» igual o idéntico, sino una misma consideración. Considerar de la misma manera a seres diferentes puede llevar a diferentes tratamientos y diferentes derechos.

No existe ninguna razón lógicamente persuasiva para asumir que una diferencia real de aptitudes entre dos personas deba justificar una diferencia en la consideración que concedemos a sus necesidades e intereses. El principio de la igualdad de los seres humanos no es una descripción de una supuesta igualdad real entre ellos: es una norma relativa a cómo deberíamos tratar a los seres humanos.
(…)
Este principio de igualdad implica que nuestra preocupación por los demás y nuestra buena disposición a considerar sus intereses no deberían depender de cómo sean los otros ni de sus aptitudes.

Si la posesión de una inteligencia superior no autoriza a un humano a que utilice a otro para sus propios fines, ¿cómo puede autorizar a los humanos a explotar a los no humanos con la misma finalidad?

La capacidad para sufrir y disfrutar es un requisito para tener cualquier otro interés


2.- HERRAMIENTAS DE INVESTIGACIÓN...
o cómo se emplean tus impuestos

Aunque la utilización de animales no humanos para la investigación médica y otros objetivos tan nauseabundos como los militares, han mejorado y disminuido desde la primera edición del libro, ni mucho menos han desaparecido. La mayoría de ellos resultan absurdos, con finalidades para las que el mero sentido común ya nos es suficiente, como saber si darle frío a alguien que ha sufrido un golpe de calor es adecuado. Experimentos tan absurdos como éste se siguen realizando, con terrible dolor para los animales utilizados, y más aún cuando se justifica diciendo que la anestesia puede interferir en el resultado. Muy pocos de ellos son publicados en revistas científicas, y cuando lo son, se hace con todos los detalles y sin esconder toda la crueldad infligida. Son los que Singer describe en el libro, pero si se suman los que no se publican, que son la mayoría, los realizados para fines militares, los realizados para pruebas de cosméticos, y los que se realizan en estudios de ciencias por parte de los estudiantes, aunque afortunadamente cada vez son más los que apelan a la objeción de conciencia, podemos hacernos una idea de la terrible masacre. No se trata de utilizar a un animal no humano para salvar a millones de humanos, sino utilizar millones de animales no humanos para muy pocas veces conseguir mediante ello salvar vidas humanas. Y algo que tenemos que tener muy en cuenta es que se realizan gracias a nuestros impuestos, impuestos que si nos pusiéramos firmes podrían ser utilizados para desarrollar y perfeccionar técnicas denominadas hoy en día alternativas pero que podrían ser las básicas por ser incluso más efectivas. Y por supuesto, en este ámbito no podía faltar el especismo.

Pocas personas sienten lástima por las ratas y, sin embargo, son animales inteligentes y no puede haber lugar a dudas de que son capaces de sufrir, y de que sufren por los innumerables y dolorosos experimentos que se realizan con ellas. Si el Ejército dejara de hacer experimentos con perros y usara en su lugar ratas, también deberíamos preocuparnos.

El dilema central del investigador se plantea, pues, de forma especial en la psicología: o bien el animal no es como nosotros —en cuyo caso no hay razón para realizar el experimento—, o bien el animal es como nosotros y, en este caso, no debemos utilizarlo para realizar un experimento que consideraríamos una atrocidad si lo hicieran con uno de nosotros.

Si el investigador aduce que el experimento es lo bastante importante como para justificar que se cause sufrimiento a los animales, ¿por qué no lo es como para justificar que se cause sufrimiento a humanos del mismo nivel mental? ¿Cuál es la diferencia entre ambos? ¿Solamente que uno es miembro de nuestra especie y otra no? Pero apelar a esa diferencia revela un prejuicio no más defendible que el racismo o cualquier otra forma de discriminación arbitraria.


3.- EN LA GRANJA INDUSTRIAL...
o lo que sucedió a tu comida cuando aún era un animal

Éste es un punto especialmente sangrante, ya que muchos animalistas siguen consumiendo productos de origen animal sin darse cuenta de que es el ámbito en el que más número de animales se torturan y masacran, y con más crueldad. Cabría preguntarse si es ético incluso criar animales para sacrificarlos cuando biológicamente no necesitamos ningún producto animal (otra cosa diferente es encontrarse un animal muerto por causas naturales), pero de todas maneras esto ha pasado a la historia. Las pequeñas granjas han tenido que desaparecer o convertirse en grandes fábricas de producción en cadena para sobrevivir. De ahí provienen los alimentos de origen animal, incluida la leche de vacas a las que se les impide moverse por estar conectadas a una máquina sacalecehes y siendo hormonadas para que sigan produciéndola hasta que vuelven a ser inseminadas quitándoles a su cría a la que se le provocará anemia para el capricho de unos sibaritas o hasta que es sacrificada cuando ya tiene una terrible mastitis y no es capaz de producir más leche, y los huevos de gallinas hacinadas hasta tal punto que les cortan el pico sin anestesia provocando gran dolor e infecciones posteriores para que no se picoteen entre ellas por el terrible estrés que sufren. Ya casi todos sabemos que la carne se obtiene mediante producción en cadena, en el caso de los cerdos, por ejemplo, siendo desplazados colgados boca abajo de una máquina transportadora hasta que el matarife les clava un cuchillo que pocas veces los mata antes de que sean sumergidos en agua hirviente para eliminar el pelo y ablandar la piel. Y a pesar de ello, todavía hay muchísima gente que ve el pedazo de carne envasado como algo producido en el propio supermercado y pocas veces se preguntan qué ha sido de él cuando estaba vivo. Afortunadamente muchas asociaciones han revelado vídeos en los que se ve la realidad, pero automáticamente han surgido campañas publicitarias intentando ridiculizar a los veganos. Y por supuesto, de nuevo el especismo. No deja de ser cínico, nos demos cuenta o no, que nos escandalicemos porque en China se coman perros y gatos y en Japón y países nórdicos ballenas y delfines, y que no nos preocupemos del resto de especies animales por el simple hecho de pertenecer a otra especie que consideramos "hecha" para nuestros paladares.

Para la mayoría de los seres humanos, especialmente los de las modernas comunidades metropolitanas, la forma de contacto más directa con los animales no humanos se produce a la hora de las comidas: nos los comemos. En este simple hecho está la clave de nuestras actitudes hacia otros animales y también de lo que cada uno de nosotros podemos hacer para cambiarlas. El uso y el abuso de los animales que se crían para procurarnos alimento excede con mucho, en números absolutos de animales afectados, a cualquier otro tipo de malos tratos.


4.- HACERSE VEGETARIANO...
o cómo producir menos sufrimiento y más alimento a un menor coste para el entorno

Si tenemos en cuenta lo anteriormente dicho, está en nuestras manos cambiarlo. No consumimos porque se oferta y se produce, sino que se oferta y se produce porque consumimos. Si todos nos hiciéramos veganos, muchas de las acciones públicas de activistas ni siquiera serían necesarias. Y además de la ética también entra en juego la ecología, ya que se deforestan grandes zonas para cultivar cereales para miles de millones de animales destinados a carne esencialmente para el primer mundo y que no paran de emitir metano, una de las grandes causas del agujero de ozono, con todo el agua necesaria para los cultivos, cuando ese agua y esos cereales salvarían del hambre y la muerte a millones de humanos.

Hacerse vegetariano no es un mero gesto simbólico. Tampoco es un intento de aislarse de la desagradable realidad del mundo, manteniéndonos puros y, por tanto, sin responsabilidad alguna por la crueldad y las matanzas que abundan en todas partes. Hacerse vegetariano es el paso más eficaz y práctico que se puede dar para poner fin tanto a la muerte de los animales no humanos como a todo aquello que les causa sufrimiento.

El vegetarianismo es una forma de boicot.

Cuanto más pequeña sea la demanda, más bajo será el precio y menor el beneficio. Cuanto menor sea el beneficio, menos será el número de animales criados y sacrificados.

Independientemente del sabor de las comidas, es probable que las personas que contemplan la idea vegetariana se preocupen de si este régimen les va a proporcionar la nutrición adecuada. Estas preocupaciones carecen de fundamento. En numerosas partes del mundo han existido culturas vegetarianas cuyos miembros han gozado de la misma salud, y a menudo mejor, que los no vegetarianos que vivían en zonas similares. Los hindúes ortodoxos han sido vegetarianos desde hace más de 2.000 años. Gandhi, vegetariano toda su vida, tenía cerca de 80 años cuando una bala asesina acabó con su activa vida. En Gran Bretaña, donde viene existiendo un movimiento vegetariano oficial desde hace más de 140 años, hay vegetarianos de tercera y cuarta generación. Muchos vegetarianos famosos, como Leonardo da Vinci, León Tolstoi y George Bernard Shaw, han vivido vidas largas e inmensamente creativas.


5.- EL DOMINIO DEL HOMBRE...
una breve historia del especismo

A lo largo de toda la historia de la humanidad pocas sociedades no han explotado a los animales no humanos. Hay signos de que los que consideramos más bárbaros, nuestros ancestros de la prehistoria, basaban su dieta en los vegetales, y en cualquier caso se trataba de mera supervivencia y no de tiranía, porque a excepción de religiones como el budismo y el hinduísmo, que el resto de religiones, como las paganas y politeístas que realizaban sacrificios a los dioses, el judaísmo, cristianismo e islam que han considerado que Dios ha creado al resto de los animales para su servicio, que a partir del Renacimiento se afianzara la idea de que el hombre era el centro y medida de todo, pudiendo equipararse humanismo y antropocentrismo, y ya en el periodo de la Ilustración, cuando se comenzó a depender menos de las religiones y más progresos se consiguieron, que hubiera científicos, como Descartes, que difundieron la idea de que los animales no humanos eran meras máquinas animadas que no sentían nada y cuyos gritos eran como los sonidos de un reloj que se desmonta, ayudando a generalizar la vivisección, es tiranía. Incluso filósofos que no consideraban a los animales no humanos como seres inferiores a nuestra disposición, como Schopenhauer, no podían abandonar la idea de que la carne era necesaria para sobrevivir. Todas estas ideas, consciente o inconscientemente como en el caso de Schopenhauer, conducían a la tiranía de los humanos hacia el resto de los animales, y la tiranía es tiranía se ejerza sobre quien se ejerza, independientemente de su sexo, raza o especie.

¿Es el sufrimiento de otras criaturas un mal en sí mismo? Si es así, ¿no estaríamos por esta razón obrando mal al hacerles sufrir o, cuando menos, al hacerles sufrir innecesariamente?


6.- EL ESPECISMO HOY...
defensas, racionalizaciones y objeciones a la liberación animal, y los progresos logrados para superarlas

La opresión sobre los animales no humanos comienza desde que somos muy pequeños y, amemos y valoremos al resto de los animales o no, siendo más bien lo habitual lo primero y siendo lo segundo una influencia de los adultos, comemos la carne que nos ponen en el plato sin ser conscientes ni de qué se trata, siendo incapaces en el futuro de abandonar esa práctica. Afortunadamente cada vez son más corrientes los libros de cocina vegetariana y las asociaciones que abogan por dejar de comer animales y derivados, reaccionando con mayores campañas cuando una productora de carne intenta ridiculizar a los vegetarianos y veganos. Movimientos como el feminismo han ayudado a que la igual consideración y la concesión de ciertos derechos básicos comunes a todos los seres sintientes se apliquen también a cualquier raza, etnia y cada vez más incluso especie, reduciendo notablemente el especismo. Ninguno de los productos que antes era necesario fabricar con productos de origen animal lo es ahora, ni cuero, ni pieles, ni plumas, ni velas, y así hasta el infinito, y los que se siguen fabricando con gelatina de origen animal podrían ser fabricados, gracias a la presión de las asociaciones de activistas animalistas, con gelatina vegetal. El especismo no ha desaparecido, ni mucho menos, pero deberíamos de tener en consideración que hace escasos años ese término ni siquiera existía. Es un movimiento que se seguirá extendiendo, siendo necesaria una visión optimista que nos empuje a seguir actuando aun siendo conscientes de los miles de millones de animales que siguen siendo masacrados en aras de una arbitraria y artificial superioridad absoluta que en realidad no existe.

Así pues, la ignorancia es la primera línea de defensa del especista, aunque cualquiera puede superarla fácilmente si dispone de tiempo y está decidido a enterarse de la verdad. La ignorancia ha durado tanto sólo porque la gente no quiere enterarse de la verdad. «No me lo digas, me estropearás la comida», es la respuesta habitual ante un intento de decirle a alguien simplemente la manera en que fue producida aquella comida.

Cuando los no vegetarianos dicen que «los problemas humanos están primero», no puedo evitar preguntarme qué es exactamente lo que están haciendo por los humanos que les obliga a continuar apoyando la cruel e innecesaria explotación de los animales de granja.

Mi argumento no es que los animales sean capaces de actuar moralmente, sino que el principio moral de la misma consideración de los intereses se les puede aplicar a ellos tanto como a los humanos. Que a menudo es adecuado incluir dentro de la esfera de igual consideración a seres incapaces de hacer elecciones morales queda de manifiesto en el trato que les damos a los niños pequeños y a otros humanos que, por una razón u otra, carecen de capacidad mental para entender la naturaleza de la elección moral. Como podría haber dicho Bentham, la cuestión no es si pueden elegir, sino si pueden sufrir.


Se trata, pues, de una obra muy bien estructurada con argumentos difícilmente contestables, y prácticamente indispensable para saber lo que ocurre en los diferentes ámbitos en los que los animales no humanos son explotados y para ser conscientes de en qué consiste el especismo y asimilarlo cada vez más a nuestro vocabulario habitual.


Aquí tenéis los enlaces a otros libros animalistas tratados en este blog:








Aquí tenéis una serie de documentales animalistas imprescindibles:





Aquí tenéis también una serie de citas animalistas, reflexiones, vídeos cortos y noticias de interés:

La industria de la lana

50 errores fatales y desastres de la experimentación con animales 

STOP VIVISECTION 

Igualdad Animal publica imágenes inéditas de experimentos con animales en España

La India declara al toro animal protegido y prohíbe los festejos taurinos

California se une a la prohibición del foie gras

La tauromaquia recibe una estocada en Catalunya

La UE prohíbe definitivamente la experimentación en animales con fines cosméticos

La crueldad en las granjas porcinas del Reino Unido, al descubierto

Torturas generalizadas en granjas porcinas españolas

Granjas industriales en exactamente 60 segundos 

La vida de un cordero en 60 segundos

"La mirada circular", un corto para ponernos del otro lado. No más carne.

I am a vegan

Citas célebres en defensa de los derechos de los animales

Citas antitaurinas de Manuel Vicent

Frases antitaurinas

El raciocinio no es exclusivo de los humanos

Los no humanos también son personas

La cultura del especismo en Barcelona

Una mirada crítica al uso de animales en publicidad

Sollozos y ladridos: Así es el corredor de la muerte canino


Como veis, en muchos de los enlaces se muestra la sociedad especista aún vigente, pero algunas de las noticias tratan sobre grandes avances en la protección a los animales no humanos. Por eso es indispensable mantener cierto optimismo. Y recordad que el veganismo es toda una filosofía, el veganismo es ética, no comer ningún producto de origen animal no por ética sino por otras razones como la salud o el paladar y que no te importe su explotación en otros ámbitos, no es ser vegano. Pero de la misma manera, y algunos no estarán de acuerdo, tampoco creo que se trate de un purismo difícil de alcanzar porque nunca sabemos con certeza cuáles de nuestras acciones repercuten en la explotación a los demás, humanos o no, pero tampoco dejar de actuar en un ámbito porque veas que en otros se avanza menos. Alguien me dijo que ser activista no es dar dinero ya que eso es caridad, sino dejar a un lado tus privilegios y actuar dedicando más que tu tiempo libre. Es una aseveración que no entiendo, ya que tu tiempo es tu vida, si dedicas tu tiempo estás dedicando tu vida, y si participas en actos públicos estás dedicándole tiempo a la causa. Por otra parte, ¿y si el privilegio de alguien es tener mucho dinero y lo dona a asociaciones animalistas en lugar de gastárselo todo en caprichos? (cosa por otra parte muy humana y que no rechazo) ¿Y si el privilegio de alguien es tener mucho tiempo libre y dedica parte de él a actuar de cualquier manera en contra del especismo? ¿Y si el privilegio de alguien es ser hacker y boicotea granjas industriales, festejos taurinos o cacerías? Activista es el que actúa. Todos ellos actúan de alguna manera, ya que actuar no es solamente participar en actos públicos, y en ocasiones otras formas de actuar pueden conseguir más. Tengamos en cuenta también las circunstancias de cada individuo. No se trata de menospreciar la manera de actuar de otros, el activismo de otros. Unámonos todos.

GO VEGAN!!!!!!!

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